Decenas de personas llegadas desde diferentes puntos de la geografía asturiana tomaron parte en la jornada de ayer en la cuarta edición de la subida a Covadonga de las familias que tuvo su acto central con la bendición, ante la Santina, de todos los niños participantes.

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, no se quiso perder el evento y tomó parte, antes de bendecir a los niños, en la caminata entre Muñigo y la santa cueva. El buen tiempo y un resplandeciente sol acompañaron a los caminantes e hicieron más llevadera la actividad.

María Luisa Lafuente y su marido, Eduardo Fernández, fueron, junto a sus hijas Inés, de dos años y medio, Blanca y Beatriz, de 7 y 8 años, respectivamente, una de las familias que tomaron parte en la jornada de convivencia. Era la primera vez que las niñas visitaban el santuario mariano. "Les ha encantado todo. No esperaban ver a la Santina en una cueva", señaló la progenitora de las pequeñas, la cual se mostró "muy contenta y satisfecha" de participar en la jornada.

Noemí García no faltó a su cita con la Santina en compañía de sus nietos, Cristina y Miguel Diego, de 6 y 5 años. "Es la primera vez que venimos a estas jornadas. A Covadonga venimos a menudo. Nos lo estamos pasando muy bien", señaló. La pequeña Cristina se mostró muy ilusionada por visitar Covadonga en compañía de sus amigas y su familia.

Tras la bendición tuvieron lugar varios talleres para fabricar rosarios y pulseras, y un pequeño festival de magia que hizo las delicias de los más pequeños.

La jornada familiar en Covadonga concluyó con una comida de confraternización y una misa en la basílica que ofició Jesús Sanz Montes.