La planta de tratamiento de residuos no peligrosos y transferencia de residuos peligrosos que una empresa vizcaína pretende abrir en El Peral (Ribadedeva) aún debe superar un estudio previo de impacto ambiental (EPIA), según desveló ayer el alcalde, Jesús Bordás (PSOE), durante una reunión con la asociación de vecinos que se opone frontalmente al proyecto. El regidor leyó a los vecinos una nota con el relato de lo ocurrido hasta ahora con el proyecto. El Ayuntamiento entendió erróneamente que era aplicable el reglamento de actividades molestas, insalubres y peligrosas y el proyecto obtuvo informe urbanístico favorable, condicionado a otros informes sectoriales. Las consejería de Cultura y Sanidad no se opusieron al proyecto, pero la de Medio Ambiente entendió que el procedimiento aplicable era el de la autorización ambiental integrada, que debe tramitarse de forma directa ante el Principado. Igualmente señaló que debe someterse la actividad al trámite de impacto ambiental, por lo que el expediente municipal quedó archivado. El Alcalde aclaró que el Ayuntamiento nunca concedió licencia, ni de actividad ni de obras. "Desde el Ayuntamiento no se ha ocultado nada porque no existe ningún interés oculto que nos motivo a hacerlo", resaltó el Alcalde, quien añadió que, pese al informe favorable urbanístico otorgado y visto el rechazo vecinal habido, el Ayuntamiento se opondrá a la apertura de la instalación, situada muy cerca de varias viviendas y de dos hoteles y presentará alegaciones para tratar de evitar su implantación.

Los afectados pidieron al regidor que se modifique el planeamiento urbanístico de tal forma que se limite a usos comerciales el suelo industrial existente en el pueblo, en el que la principal actividad -casi la única- es la relacionada con el turismo y los servicios. Los vecinos iniciarán una campaña de recogida de firmas contra la planta de residuos.