El recuerdo del paso de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico por Ribadedeva, hace 500 años, sigue más vivo que nunca. Por tercer año consecutivo la localidad de Pimiango recreo con enorme éxito el paso del nieto de los Reyes Católicos y su séquito por estas tierras. No faltó detalle para recordar la efeméride en forma, por ejemplo, de bailes inspirados en la época y cortesanos ataviados con las vestimentas típicas del siglo XVI.

Abrió el desfile una treintena de componentes del grupo de tambores de San Vicente de la Barquera seguido de un nutrido grupo de personas con ropajes de la época. Entre ellos estaban los cántabros de la localidad de Cabezón de la Sal Olga Pila y José Echevarría. Pila fue la encargada de confeccionar las prendas tras un mes de intenso trabajo. "Es la primera vez que venimos y nos encanta todo el montaje", señaló. Celia Villar, Valentina Sainz y María Rufina iban de campesinas. "Es muy divertido todo esto", señalaron las tres niñas.

La primera parada del desfile llevó al hijo de Juana I de Castilla y Felipe I el Hermoso y su hermana, Leonor de Austria, hasta la casa fuerte de la familia Colombres donde fueron recibidos por el regidor de Ribadedeva, Jesús Bordás. Tras los discursos el grupo "Sabugo Tente Firme" obsequió al por aquel entonces era futuro emperador, que encarnó Marcos Laso, con el baile de la pavana que ayer se estrenó. La coreografía, creada por Alberto Herrera, está inspirada en los bailes de que el crónica de Laurent Vital describió durante el primer viaje de Carlos V por España en 1517. Interpretaron también La Molinera del Llano, una especie de muñeira. La parte folclórica la completaron varios vecinos de Pimiango quienes, con la música de fondo del grupo de música renacentista y barroca Boccherini, interpretaron un lucido baile.

El desfile hizo otras dos paradas. Una de ellas ante la casa Ángeles García, la "abuela" de Ribadedeva. La madre del desaparecido y recordado sacerdote Eugenio Campandegui suma 105 años.

La jornada festiva que incluyó por la mañana una misa en latín, un mercado y una muestra folclórica del grupo Cobijeru de Buelna entre otras actividades, concluyó entrada la noche con una cena a base de un menú inspirado en platos del siglo XVI.