Los vecinos de la localidad canguesa de Mestas de Con están en pie de guerra después de que el párroco local, José Antonio Alonso Artero, exigiera que el próximo año todo el importe recaudado con la subasta de los dos ramos de las fiestas de San Cayetano sea entregado a la parroquia.

El dinero de los panes era hasta ahora utilizado por los miembros de la comisión de fiestas para sufragar gastos tales como las flores para adornar la iglesia en el día de la fiesta, el coro que canta en la misa o los gaiteros de la procesión, entre otras cosas.

Según su versión, la directiva habría presentado dos alternativas posibles a Alonso, que también ejerce como párroco de Onís y arcipreste de Covadonga. La primera pasaría por que uno de los dos ramos se subastara a favor de la comisión y que los beneficios del segundo fueran a parar a la parroquia.

La segunda sería pagar con el dinero de los ramos los costes de los adornos florales, los panes y la procesión -estiman que podrían ser unos 1.500 euros- y dejar el sobrante para la iglesia. "Pero el cura no atiende a razones, se negó a llegar a ningún tipo de entendimiento con nosotros. Estamos muy tristes y desesperanzados con esta situación", lamentaron.

Así las cosas, los miembros de la comisión de fiestas de Mestas de Con ven difícil que el año próximo se pueda sacar adelante la procesión de San Cayetano, que se celebra cada agosto y recorre las principales calles del pueblo cangués. "Tendremos que prescindir de ella porque es mucho dinero, no tenemos de dónde sacarlo y vamos muy apretados", explicaron.

"El cura que había aquí antes nunca nos puso problemas y siempre tenía la iglesia llena de feligreses pero tristemente falleció", narraron. Este periódico intentó ayer, sin éxito, obtener la versión de José Antonio Alonso, natural de Gijón y doctor en Medicina y en Teología.

La de Mestas de Con no es la única localidad de la comarca que se ha visto envuelta en una disputa para ver quién se queda con los beneficios de la subasta del ramu, una tradición muy extendida por gran parte de los festejos de todo el Oriente.

El párroco de Cabrales, Pedro Fernández Gonzalo, enfadó hace unos años a los vecinos al exigir a comisiones de fiestas como la de Bulnes que revirtiera el dinero de la puja en la iglesia, para sufragar gastos.

Lío en Bulnes

Fernández quería separar con claridad la parte religiosa de la profana, algo que a su entender se habría mezclado hasta tal punto de confundir algunos aspectos como las ofrendas de ramos y las recaudaciones de subastas que, según explicó entonces, debían devolverse a las parroquias de la comarca.

La disputa llegó a tal punto de crispación que en el año 2013 los vecinos optaron por no sacar el armazón de madera en procesión para celebrar la festividad de la virgen de las Nieves. El alcalde pedáneo, Rufino Miero, subastó entonces tras la misa cinco roscos de pan donados por los vecinos por valor de 105 euros.

Éste y el sacerdote limaron asperezas antes de la misa en Bulnes y acordaron que con el dinero que se sacara de la subasta se pagara a los gaiteros y lo que sobrara se destinara a mejoras en la parroquia.