Indignados. Así se encuentra el colectivo de madres y padres ante el cierre de la única guardería de Infiesto, que si nadie lo remedia dejará de prestar servicio en octubre por falta de subvenciones económicas. Los tutores de los menores mantuvieron ayer una reunión "muy positiva" con el alcalde de Infiesto, el socialista Iván Allende, con el fin de buscar soluciones para mantener el centro abierto hasta que se inaugure la escuela infantil municipal, que como pronto abriría sus puertas en septiembre de 2018.

El regidor piloñés abogó por mantener la próxima semana un encuentro "a tres bandas" en la que además de los tutores y el consistorio estén presentes representantes de la asociación sin ánimo de lucro El Prial, que desde hace más de dos décadas gestiona el servicio. "Entonces se pondrán sobre la mesa las necesidades y las cifras y se tratará de buscar una solución entre todos", dijo. Fuentes cercanas a El Prial aseguraron ayer a este periódico que mantener la guardería piloñesa abierta cuesta unos 6.000 euros al mes, pero lo que no ha transcendido es la cuantía de las subvenciones que el colectivo recibía para hacer frente a estos gastos.

Por su parte, los padres se muestran dispuestos a "hacer lo que haga falta" con tal de mantener un servicio que consideran "indispensable". Así lo confirmó el portavoz de los progenitores, Jesús Alonso, vecino de Sariego que desarrolla su actividad profesional en Piloña. "El problema es muy grande, una faena. Algunos podrán tirar de los abuelos y otros tendrán que dejar de trabajar si no se llega a una solución. Así no hay quien concilie nada", dijo, a la par que lamentó que el centro piloñés comunicara con tan poco margen de maniobra el cierre.

En total, se calcula que en la actualidad hay unos 80 niños susceptibles de ser usuarios de la guardería "Globos" de Infiesto, a la que también acuden vecinos de Cabranes por cercanía. Los padres consideran un "agravio comparativo" que Piloña, segundo concejo más poblado de la comarca oriental, vaya a carecer de un servicio que sí tienen otros municipios menores. Los abuelos como María Luisa Gutiérrez también tienen mucho que decir al respecto. "Tanto pregonamos los derechos de los niños y después no los defendemos. El cierre de la guardería cuando ya teníamos los críos matriculados para el próximo curso es un trastorno tremendo y una faena para los abuelos que nos tenemos que hacer cargo", aseguró.

Algunas agrupaciones políticas mostraron su malestar por el cierre de la única guardería de Infiesto. Fue el caso de Podemos Piloña, que propuso a través de un escrito registrado en el Ayuntamiento que se costee el servicio de conciliación familiar con su propuesta de cobrar tasas a las empresas energéticas. Los miembros de UPIL también denunciaron la situación y pidieron al consistorio que convoque un pleno extraordinario para aprobar una modificación presupuestaria con el fin de asumir los costes del servicio hasta que la guardería recupere la subvención del Principado.

El equipo de gobierno piloñés lleva tiempo trabajando de forma conjunta con la Consejería de Educación para poner en marcha una escuela infantil municipal en el parvulario del colegio de Infiesto, pero los trámites burocráticos necesarios para dar de alta el servicio, sumados a la necesidad de reformas en las instalaciones del centro para adecuarlas, ralentizan el proceso hasta fines de 2018.