Antonio Alcázar, fue uno de los protagonistas de la cuarta Quedada de Clásicos de Cangas de Onís, desarrollada durante la jornada de ayer, sábado, en la que tomaron parte 47 vehículos, pues se desplazó desde Soria hasta la vieja capital del Reino de Asturias en su Ford A del año 1927, es decir, unos 411 kilómetros de trazado -y otros tantos le aguardaban de vuelta-, o lo que es lo mismo, casi 9 horas de viaje, a través del puerto del Pontón (carretera N-625, León-Santander por Cangas de Onís), incluyendo las consiguientes paradas (desayuno y almuerzo). El vehículo había pertenecido al entonces alcalde de Sevilla (legislatura 1927-1930), Nicolás Díaz Molero.

El primer premio de esa IV Quedada de Clásicos fue, una vez más, para el Ford T (1918) de Pepe Huerta, vecino de Cangas de Onís; el segundo premio correspondió al citado coche del soriano Antonio Alcázar; y el tercer premio se lo llevó Ángel Fernández, de Oviedo, con su Mercedes SS (1929). En el apartado de motos, el primer premio sonrió a Pedro de Diego, de San Juan de Parres, con su Lambretta-150, que cumplió recientemente 54 años y en su momento, fue propiedad de un abad de Covadonga -que vive actualmente en Estados Unidos-. También hubo distinciones para cuatro participantes procedentes de Madrid, los más lejanos de la Quedada.