El lado más humano de la diplomacia salió ayer a relucir en el II Congreso Regional de Inmigrantes y Emigrantes de Asturias, que continúa hoy en Cangas de Onís. Esta dimensión es a veces desconocida, incluso para los propios nacionales, a quienes representan, como Laura Marlene Morán Contreras, cónsul general de El Salvador en Madrid, explicó en la mesa que abordó la verdadera dimensión del consulado.

La institución detectó que muchos salvadoreños "no querían acercarse al consulado por miedo a ser denunciados y deportados. Existe cierto recelo o temor", explicó Morán Contreras, satisfecha con el trabajo que han realizado para desmontar esta creencia a la que se enfrentan "muchos consulados, con gente que no acude por temor".

Esta faceta también fue destacada por María del Carmen Ealo de Sá, cónsul honoraria de Brasil en Santander, quien aseguró que el "factor humano" es lo que más le agrada de su trabajo. "Hay veces que sólo con escuchar y orientar vale", expuso la funcionaria, quien, entre las misiones del consulado citó una próxima novedad, la de los asuntos electorales como inscripciones y renovaciones.

Rafael Bustamante Losada, cónsul general de Ecuador, también destacó la "vocación de servicio" de su trabajo. "Sin esa cualidad hay algo que no funciona", añadió sobre el papel de "defensa de los nacionales" del país al que represente el consulado. Bustamante subrayó la gran cantidad de servicios que el consulado pone a disposición de los ciudadanos, como la " función notarial y administrativa" por la que, por ejemplo, "dos ecuatorianos pueden cerrar un contrato público en España", sin tener que trasladarse a su país.

El acto, al que asistió Paulo Alberto da Silveira, embajador y cónsul general de Brasil, forma parte de un nutrido programa que continúa hoy con el mercadillo exposición "Arte y Realidad II", en la plaza Camila Beceña y Casa de Cultura. Continuarán las ponencias y también habrá animación infantil, deporte y música.