El coche "fantasma" de Infiesto tiene dueño. Y es de Piloña. Se ha resuelto el misterio de por qué lleva desde hace unos tres meses aproximándose a la capital piloñesa desde Viñón (Cabranes), revolucionado y extrañando a los vecinos de la zona que cada vez le veían aparcado en un punto distinto junto a la carretera. Parece ser que el vehículo está averiado -sin seguro ni ITV en vigor, según confirmó la Guardia Civil- y la intención de su dueño piloñés es repararlo. Pero lleva unas semanas junto a la estación de tren de Infiesto, casi en frente de un taller mecánico que se ubica aquí.

Este "coche fantasma" -un Toyota Prius blanco, con matrícula 3857-GYH- ha traído de cabeza a los piloñeses y a algunos cabraneses durante estos aproximadamente tres meses. El vehículo no se ganó el calificativo de "fantasma" por tener algún tipo de apariencia extraña, pues pasaría completamente desapercibido si no fuera porque en este tiempo ha sido visto aparcado en distintos lugares, sin rastro del conductor.

Quienes transitan con frecuencia por la carretera que comunica Infiesto con Villaviciosa pasando por Cabranes fueron los primeros en percatarse de que algo extraño ocurría con este utilitario blanco. Uno de estos testigos, que siguió la aventura del coche blanco, relata que primero se lo encontró aparcado, siempre junto a la carretera y en sentido a Infiesto, a la altura de Viñón, en el concejo de Cabranes. Poco a poco se fue aproximando y fue visto en la Casa'l Ríu.

El siguiente aparcamiento que buscó su conductor -que también parecía fantasma porque casi nadie lo había visto- fue unos metros más allá, en La Llana, para, un tiempo después, llegar hasta La Encrucijada. Siguió ruta. Unos días después llegó a Los Rebollinos, ya en el concejo de Piloña. Siempre se le veía al borde de la carretera, mirando hacia Infiesto, hasta donde finalmente viajó y donde sigue, al menos, hasta ayer. Posteriormente fue visto en el cruce de Pintueles, justo antes de la marquesina del autobús, hasta que hace unas semanas apareció aparcado a la entrada de Infiesto. Pero éste no fue su último destino, pues lleva ya un tiempo estacionado, correctamente, junto a la estación del ferrocarril de la capital avellanera.

Dos personas decían haber visto al conductor, pero ni siquiera coincidían en la descripción física que dan de éste. También había quien apuntaba que eran dos, pues uno conduce otro coche y deja o recoge al otro que se sube o baja del vehículo "fantasma". El resto de testigos no tenían ni idea de quién conduce el vehículo y hasta la fecha desconocían que fuera una avería la que le llevó a ir dejándolo estacionado en distintos puntos cercanos, hasta llegar poco a poco a Infiesto. Parece que éste tampoco será su último destino, si la intención de su propietario es arreglarlo. Pero ante la incertidumbre y falta de respuestas, los vecinos se plantearon de todo, hasta llegaron a pensar que podía ser un vehículo de la Guardia Civil dotado con una cámara o un radar. Pero nada de eso. Lo pusieron en conocimiento de los agentes y de la Policía Local.

Averiguaron que carece de seguro y no tiene en vigor la ITV. Perteneció a un taxista, pero no contactaban con su propietario y tampoco constaba como un vehículo robado. Finalmente dieron con su dueño, un piloñés. Son varias las personas que se acercan hasta la estación a ver el coche "fantasma" o preguntan por él, después de que publicara su historia LA NUEVA ESPAÑA.