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Los productores de fabes de Colunga lamentan la mala cosecha de este año

"Si lo normal es 75% para vender y 25% malo, ahora es mitad y mitad", se queja la productora local Menchu Valle

Menchu Valle, en su plantación de fabes, ayer, en Colunga. CRISTINA MURUZÁBAL

Año "nefasto" para los productores de fabes de Colunga. Así lo califica Menchu Valle, quien no recuerda "un año tan malo como este. Si normalmente en una cosecha se puede vender el 75% de lo que se recoge y el otro 25% sale malo, este año es mitad y mitad". Esto significa que de los 100 kilos de fabes que Menchu Valle recogió, 50 no se pueden vender y acabarán "alimentando a los gochos", lo que hace que las horas de trabajo invertidas no den el rendimiento merecido.

Y es que las condiciones meteorológicas, tan impredecibles en Asturias, son fundamentales para determinar el estado de les fabes y no se están dando las condiciones idóneas. Frente al "mayo y junio húmedos y el agosto seco", explican, que harían falta para disfrutar de una buena cosecha, este año el verano trajo consigo mucha humedad, lo que hizo que muchas fabes salieran con manchas "y no se puedan vender". Manchas que, en muchos casos, son superficiales y no afectan al sabor de las legumbres, pero "la gente no las quiere".

De hecho, Menchu Valle, que ya lleva cerca de 30 años plantando fabes y dedicándose a su cuidado, explica que el tiempo este año afectó incluso a la maduración de les fabes. Si normalmente deberían estar listas para recogerse a partir del 15 de septiembre, "este año había muchas plantaciones en las que seguía sin poder recolectar hasta mediados de octubre". Todo esto trae consigo un problema de escasez. "Un día me llamó una señora para ver si le podía vender tres kilos que necesitaba y le dije que no porque si no, no tenía para mis clientes", cuenta.

Y lo peor es que no hay una solución clara en el horizonte para los que se dedican a la cosecha de les fabes en Colunga. Cambiar la época de siembra podría haber servido en el caso de este año, pero siendo una región con un tiempo tan inestable e impredecible no sería una solución a largo plazo. Y es que nunca se sabe "cómo va a venir el tiempo".

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