Trabajadores del santuario de Covadonga actuaron al mediodía de éste domingo para desatascar uno de los desbordados sumideros a la entrada de la antecueva y así atajar el problema de que las aguas inundasen buena parte del resbaladizo pavimento pétreo, evitando la posibilidad de caídas entre los peregrinos que se acercaron a lo largo de la lluviosa jornada a visitar a la Santina en pleno Año Jubilar. Por cierto, apenas una veintena de devotos acudieron a la misa de 11.00 oficiada en la santa cueva en este primer domingo de 2018.