La charla sobre el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a hórreos y paneras del exletrado de la Junta General del Principado de Asturias, Ignacio Arias Díaz, contó ayer con notable participación de público en Villamayor.

El también experto en derecho consuetudinario defendió que las construcciones típicas asturianas son muebles por naturaleza e inmuebles por destino, lo que a su juicio obliga a los propietarios a pagar el IBI. No obstante, reclamó a los ayuntamientos que frenen la voracidad recaudatoria y que, por lo menos, apliquen las bonificaciones legalmente permitidas de hasta el 90% para salvar hórreos y paneras. Según sus datos, de media se pagan al año entre 20 y 80 euros de IBI por cada hórreo, una cuantía "no desorbitada" pero que en el ámbito social en el que se aplica puede suponer un gran esfuerzo para los propietarios que cobran una exigua pensión del régimen agrario y hasta hace tres años no pagaban nada por sus hórreos.

Arias abogó por flexibilizar los usos de las construcciones tradicionales, pero sin desnaturalizar su esencia. "Es un tema que estamos estudiando en la Comisión Etnográfica del Principado. Además, flexibilizar significa también permitir intervenciones arquitectónicas que se adecuen a esos nuevos usos y ese es un tema muy serio si queremos que los hórreos y las paneras sean reconocibles como iconos de nuestra arquitectura tradicional", dijo.

Preguntado por este periódico sobre la ordenanza municipal de sextaferias aprobada de forma inicial en Ponga y que ha generado malestar entre algunos vecinos por la obligatoriedad de participar en trabajos comunales bajo pena de multas, Arias defiende que "no es ninguna extravagancia y está perfectamente ajustada al derecho consuetudinario".

El coloquio fue organizado por la parroquia rural de Villamayor y presentado por José A. Longo.