La vecina de Arriondas Carmen Uyarra Sáez defiende la máxima de que "nunca es tarde si la dicha es buena". Prueba de ello es que con 88 años recién cumplidos expone por primera vez en Asturias su colección privada de pinturas y cerámica. Entre la treintena de cuadros que cuelgan de las paredes de la Casa de Cultura de Arriondas hay desde representaciones clásicas como la de Eva y Adán en el paraíso hasta moderneces como el retrato de la afamada cantante británica fallecida Amy Winehouse. "Le gustaba mucho a mi nieta, así que cuando me enteré de que murió no dudé en pintarla", simplifica. El paso a mejor vida juega un papel importante en sus creaciones, en las que repasa sucesos como la muerte del revolucionario Che Guevara o la última cornada del torero Manolete.

Uyarra, octava de once hermanos, nació en Belorado (Burgos) en 1930, pero con diez años ingresó en el internado de las monjas Mercedarias y Trinitarias de Granada, donde cursó varios años entre rezos, falta de amor y poco rigor docente. Es en esta soledad cuando despierta su curiosidad por la lectura, compone sus primeros versos y se inicia de forma autodidacta en el dibujo.

"Los domingos no me gustaban y me quedaba en casa pintando flores", cuenta. Con 22 años consiguió un contrato de trabajo en París, donde ya residían tres de sus hermanos. Allí se casó en 1954 con Antonio Collado, exiliado político y mecánico de procesión ya fallecido con el que tuvo dos hijos.

En París tuvo la oportunidad de conocer el ambiente artístico de los años 50 y 60, asistir a clases de pintura gratuitos que daba el Ayuntamiento y formar parte de "La Société des Artistes Indépendants" o "L'Union Nationale des Artistes Français". Se sacó además el carnet de conducir y recorrió varios países europeos, empapándose de su arte y cultura. En 1980 se instaló en Madrid, donde al poco tiempo falleció su marido. Trabajó en la librería Kontiki y comenzó a interesarse por la cerámica, asistiendo a algún curso. A los 83 y por motivos de salud se instaló en Arriondas, donde vive su hija.

En la actualidad prosigue con el afán de su vida: el arte. Un arte que gracias al apoyo del artista local Agustín Aramburu -autor del cartel del Descenso Internacional del Sella en 2015- puede disfrutar todo el mundo en la Casa de Cultura.