Los hermanos Covadonga y Manuel Traviesa, vecinos de la localidad canguesa de Ixena, tienen las mejores vacas casinas del país. Al menos eso defiende el jurado del 31.º Concurso nacional de la raza asturiana de la montaña que ayer se clausuró en Cangas de Onís y donde esta familia de ganaderos se impuso en cinco de las siete categorías existentes: mejor vaca del campeonato con "Guindina", mejor ternera-novilla con "Graciosa", mejor lote de establo con semental, mejor lote de vacas y mejor criador. Sólo se les escapó el título de mejor semental absoluto que recayó en el toro "Sandungu". propiedad del vecino de Cuerres de Llenín Alberto Remis, y el mejor lote de sementales, que fue a parar a manos de Jorge Saúl Alonso.

El secreto para tener una vaca de campeonato está, según los hermanos Traviesa, en criar en casa y procurar buenos cruces genéticos. Los dos mostraron su "orgullo" por vencer en un concurso "de máximo nivel" al que concurrieron 201 animales de 43 ganaderías de Asturias y León. La victoria es una forma de homenajear a su padre, Ángel Traviesa, fallecido hace cuatro años y conocido en el sector por su gran defensa de la raza autóctona, en peligro de extinción. "Siempre la tuvimos en casa porque es la que mejor se adapta a los pastos difíciles de montaña y reconforta ver que cada día que pasa es más valorada en el mercado: tiene mucho futuro", apuntaron.

El concurso fue impulsado por los ayuntamientos de Cangas de Onís, Caso, Piloña y Nava, concejo este último que acogerá la 32.º edición de la prueba, de carácter anual y rotativo. Durante el evento, en cuya organización colabora la Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de la Raza Asturiana de la Montaña (Aseamo) y la Cara Rural, el vecino de Bimenes José Manuel García fue reconocido como "Ganadero del Año".

El presidente de Aseamo, Valeriano Remis, puso ayer en valor la labor de los criadores por mantener y mejorar la raza asturiana de la montaña. A este respecto, los 35 mejores sementales elegidos de entre las seis mil madres con pureza certificada fueron trasladados a unas fincas que el colectivo tiene en Piloña para que se alimenten exclusivamente con pasto natural. Al final del verano, se hará una criba en base a criterios como la morfología de la que saldrá un solo ganador apto para donar su semen a las hembras.