Este domingo se celebra el Día Internacional de la Enfermedad de Behçet con el objetivo de concienciar e informar a la población sobre este síndrome multisistémico raro, no contagioso y crónico, de origen desconocido, que se caracteriza por la inflamación de los vasos sanguíneos. En Asturias hay al menos media docena de afectados por la enfermedad, que reclaman una unidad específica para su tratamiento.

Es el caso de la vecina de Les Cueves (Piloña) Rocío Crespo, que fue diagnosticada hace ahora año y medio tras sufrir síntomas como fiebres, cansancio extremo, mala visión o aftas en la boca. "Lo peor es que te hacen un maratón de pruebas y van descartando que sea lupus, esclerosis... muchos sanitarios no la conocen", explica la afectada, de cuyo seguimiento se encarga un traumatólogo del hospital de Cabueñes. "Lo ideal es que se estableciera una unidad como ya existe en Galicia o Valencia, que los sanitarios lo conozcan mejor y que se respeten unos protocolos", cuenta.

Crespo pone ejemplos: no debe permanecer demasiado tiempo en una sala de espera, ya que al contar con unas defensas tan bajas puede coger casi cualquier enfermedad. Los tratamientos que recibe son paliativos: se basan en atacar los síntomas que produce la enfermedad y no la enfermedad en sí, debido a su carácter de autoinmune.

A sus 36 años, Rocío encuentra en la familia su mejor apoyo y un estímulo para seguir luchando. Su hermana Yolanda se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Piloña con el fin de promocionar actividades que ayuden a concienciar sobre la enfermedad. "La acogida ha sido buena. Quedamos en preparar algo de cara a festivales como el de la avellana de Infiesto", relata.