El sacerdote jubilado José Manuel Castaño Posada falleció la madrugada del lunes en el Hospital Comarcal del Oriente "Francisco Grande Covián", en Arriondas (Parres), donde llevaba unos días ingresado. Contaba 88 años de edad y el funeral por su eterno descanso tendrá lugar hoy, martes, a las 12 horas, en la iglesia del Monasterio de San Pedro de Villanueva, en el "Conventín", lugar en el que está enclavado actualmente el parador de turismo. Don José o "Pepito", como le conocían sus amigos y feligreses, fue párroco titular de la parroquia de Villanueva desde 1983 hasta 2010 y también llevó las parroquias de San Pedro de Dego (Déu) y San Juan de Parres, todas ellas adscritas al arciprestazgo de Covadonga.

En septiembre de 2010 plantó cara al Arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, manteniendo una huelga de hambre en su domicilio de Les Roces de Villanueva durante varios días, dado que pretendía seguir predicando, pero finalmente le jubilaron. De hecho, el propio Arzobispado salió al paso para exponer que: "El Código de Derecho Canónico en su canon 538 establece que el párroco, una vez cumplidos los 75 años, presente la renuncia de su oficio al obispo diocesano. Esto no implica que los sacerdotes jubilados abandonen el ejercicio del ministerio sacerdotal. En el caso de Don José Manuel Castaño puede ejercerlo según el obispo determine, pero sin la responsabilidad ni jurisdicción parroquiales".

Gran recuerdo

Amante de los animales, Pepito deja un grandísimo recuerdo entre la inmensa mayoría de sus parroquianos. Incluso fue partícipe en la conservación y mantenimiento de la iglesia del monasterio de Villanueva -bastantes dolores de cabeza le dieron en un principio- mientras salió adelante el proyecto del Parador de Turismo de Cangas de Onís. Además, hubo de torear para conseguir hacer un nuevo camposanto parroquial en Villanueva, dado que el anterior se vería afectado por el complejo hotelero. Se fue un buen hombre, campechano y muy cercano, a la vez que comprometido con el pueblo.