El carpintero Enrique Longar Cuétara puede presumir -aunque no lo hace- de haber restaurado una de las primeras piraguas que bajaron el río Sella, allá por los años treinta del pasado siglo. El encargo de poner a punto tan histórica embarcación le llegó por parte de miembros del Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella (CODIS) en abril y este vecino de Cuadroveña no se lo pensó dos veces, pese a que la tarea no era fácil.
"Sabía que requeriría mucho trabajo pero acepté porque para mí todo lo relacionado con las piraguas tiene gran componente emocional", narra. Y se explica: "Nací en el barrio del Tocoti de Arriondas y remé con el club Los Rápidos hasta la categoría juvenil. Por eso siento el Sella como algo muy propio".
Tras incontables horas de trabajo, en las que desmontó la piragua pieza a pieza, Longar ha dado por concluida la restauración de lo que llegó a sus manos siendo un amasijo de lona y madera de pino y que, gracias a su labor, se ha convertido en un objeto de museo. "Creo que pensaron en mi porque dominaba las dos técnicas necesarias: carpintería para reparar el 'esqueletaje' de la estructura y tapicería para tensar la lona. Desde el principio tuve claro que conservaría al máximo la estructura original y tuve suerte de que las polillas apenas hicieron mella. Yo creo que flota, cuenta este profesional, con más de tres décadas de experiencia con la madera a sus espaldas.
El resultado final ha sido tan bueno que el CODIS se ha animado a encargarle la recuperación de una segunda embarcación, más antigua y en peor estado, Se da la circunstancia de que ambas habrían sido diseñadas hace más de ochenta años por el riosellano Carlos Piélagos Berbes, respondiendo a un encargo de Miguel Ángel Llano, dueño del chalet ubicado junto al Gran Hotel de Ribadesella, quien solicitó hasta tres piraguas para un hijo suyo, amante del remo.
El nieto del creador, el exalcalde de Ribadesella y primer árbitro riosellano del Descenso Carlos Piélagos Pérez fue quien localizó en un primer momento dos de las embarcaciones, que cuentan con características diferenciales como una sola bañera para los dos palistas (ahora las K-2 tienen un habitáculo independiente para cada deportista).
"Me produce orgullo que se recuperen porque para mí tienen gran valor sentimental. Mi padre ya fallecido contaba que mi abuelo les dio forma siendo él pequeño en el portal de casa ya que al ser tan voluminosas- unos cuatro metros de eslora y unos 77 centímetros de manga- no cabían en su taller de la calle Oscura", narra el descendiente.
El presidente del CODIS, Juan Manuel Feliz, confirmó que al menos la primera de las embarcaciones estará expuesta a partir de mediados de mes en la calle Argüelles de Arriondas (antigua tienda de decoraciones Siena) en el que se recibirá a los palistas, se tramitarán sus inscripciones y se pondrá a la venta merchandising de la prueba que el próximo 4 de agosto celebra su 82.ª edición entre Arriondas y Ribadesella. Las instalaciones contará también con una colección histórica de carteles antiguos del Sella.
