Acabar con los falsos mitos que rodean a los buitres es uno de los objetivos de las visitas guiadas que desde ayer organiza la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) en los Picos de Europa. Pese a su mala fama, los responsables del proyecto aseguran que estas aves son tranquilas, nunca atacan a un animal vivo y, además, juegan un papel fundamental en los ecosistemas, en este caso de montaña.

La excursión, que se lleva a cabo los jueves y viernes previa reserva, salió ayer desde la estación de autobuses de Cangas de Onís y tuvo su primera parada en el mirador de la Reina, en la carretera a los Lagos. La niebla impidió a primera hora observar los milanos, buitres leonados, alimoches y cuervos que normalmente rondan por el lugar, donde está instalado un comedero para aves necrófagas, "Para nada dependen de la carroña que les ponemos aquí, si dejáramos de ponérsela sobrevivirían", aclaró Carmen Calero, guía y bióloga de la FCQ.

Mientras se despejaba la bruma en el mirador, Calero aprovechó para contarles a los excursionistas el esfuerzo que la Fundación hace por reintroducir la especie en los Picos, de donde desapareció hace más de medio siglo, en parte por los venenos usados para acabar con el lobo y otros carnívoros en la zona. En concreto, la bióloga les habló de su labor en el Centro de Cría del Quebrantahuesos en Aislamiento Humano (Criah) de Zaragoza, donde nació la mayoría de los veinte ejemplares que han sido cedidos en los últimos años por el Gobierno de Aragón para repoblar los Picos. De ellos, cuatro pollos -"Santander", "Mandi", "Covadonga" y "Eva"- aún permanecen en jaulones de adaptación, cerca de los cuales concluyó ayer la visita. Su liberación se prevé para la próxima semana, una circunstancia que causó expectación entre turistas como Sheila Blanco, de Pamplona, y su hijo, Ander del Prim, quienes durante la visita tuvieron oportunidad de tocar una pluma de buitre para comprobar su dureza. Los asistentes también se sorprendieron cuando la guía sacó una antena para ver si andaba cerca algún quebrantahuesos. Cada ejemplar lleva un radioemisor que revela su posición, además de las marcas alares que los identifican individualmente. "No están aquí, pero la buena noticia es que la ausencia de "Atilano" (2012) y "Esperanza" (2015) se debe a que han empezado a tontear", explicó Calero. Se trata de la segunda pareja que muestra interés reproductor después de que "Casanova"-un macho llegado en dispersión desde el Pirineo- y "Deva" (2010) hicieran este invierno un nido, aunque sin llegar más allá. "Nos dan mucha esperanza", apuntó la bióloga.

Asistentes a la visita como el vasco Íñigo Urbaneta ya venían informados y sabían, por ejemplo, que las aves tienen una vista privilegiada, pero otros se asombraron al conocer datos como que el color naranja de las plumas se debe a que "se maquillan con barro rojo", un proceso que serviría para desparasitarlos y marcar su estatus dentro de la comunidad.