El entorno de la cueva de Tito Bustillo y el barrio de El Cobayu se llenaron ayer de lienzos y pinceles gracias a los 31 participantes en el XXI Certamen de pintura "Darío de Regoyos", que organiza cada año la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella y que en esta edición quiso hacer un homenaje y conmemorar los cincuentenarios tanto del descubrimiento de la cavidad prehistórica como de la inauguración del barrio riosellano, ambos dos emblemas de la villa.

Así, junto a la entrada de la cueva estaba situado el leonés Gonzalo Prieto, un viejo conocido de este certamen. "Habitualmente pinto en la calle, pero en este certamen la gente se sorprende y pregunta mucho", cuenta Prieto, quien decidió crear mediante pintura acrílica una vista panorámica del prau de San Juan y El Cobayu.

Una técnica distinta donde las haya fue la que decidió emplear en su obra Samuel Armas, quien utilizó materiales tan diferentes como el cemento y el spray. "Con estos materiales, estoy buscando darle al cuadro un aspecto como de una cueva en honor a Tito Bustillo", explica Armas.

Junto a él, y muy concentrada en su obra, se encontraba la riosellana Paci Román, una asidua a este certamen pero que en esta ocasión tiene un ingrediente muy especial para ella. "Yo soy de El Cobayu, así que este año no puedo pedir más. Además, pintar en la calle me ayuda a desconectar", comenta, mientras continúa llenando su lienzo con pintura acrílica para conseguir que en él aparezca la emblemática figura del macizo de Ardines.

Y si de algo pueden estar seguros los organizadores del certamen es de que hay una gran cantera de pintores en Ribadesella. Una de estas jóvenes artistas es Elisa Gallego, de diez años, quien es el tercer año que participa. Muy concentrada, se afanaba ayer por dibujar, en vivo, el Centro de Arte Rupestre.

Cerca de ella se encontraban trabajando juntas Catalina Méndez-Bonito, de ocho años, y Daniela Molleda, de nueve. En el caso de Molleda, ha heredado la pasión por la pintura de su madre, quien también se encontraba trabajando en su obra. Sin embargo, para Méndez-Bonito este es un año especial. "Estoy un poco nerviosa porque es mi primer concurso, pero me gusta muchísimo pintar, estoy todo el día dibujando", cuenta.