Ya está aquí. O casi. Mañana, a las 12.00 horas, tendrá lugar un momento esperado por muchos desde hace ya un año: la salida de los palistas participantes en el 82.º Descenso Internacional del Sella. La pregonera será la veterana palista Mara Santos y el toque internacional, más si cabe, lo dará el australiano Oskar Proy, nieto de asturiana, que interpretará el himno de la región junto a los múltiples selleros congregados en las inmediaciones del río. Un momento que, una edición más, volverá a poner los "pelos de punta".

El Descenso Internacional del Sella es, sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos deportivos más importantes del calendario. No sólo en la región, sino lejos de las fronteras del Principado. Además, se trata de una gran fiesta, declarada de interés turístico internacional, que, año tras año, aúna música, cultura y diversión en Arriondas y Ribadesella, epicentros de la actividad. Nunca se podría haberse llegado a imaginar en 1929 el desaparecido Dionisio de la Huerta que su idea de realizar unas excursiones en piragua por los ríos Piloña y Sella llegaría tan lejos. Acompañado por el médico Benigno Morán y el joven Manés Fernández, inició aquella primera excursión en una piragua con flotadores y acompañados por un grupo de amigos que les seguían en autocar. Con reiteradas paradas para sacar el agua de la canoa y algún que otro bocadillo, les pilló la noche en Soto de Dueñas, por lo que, después de reponer fuerzas, decidieron dejarlo para mejor ocasión. Habían recorrido catorce kilómetros y tardaron más de siete horas en finalizar el trayecto. Con posterioridad, se incorporaron a la ruta palistas de Gijón y Ribadesella con la intención de convertir el descenso de paseo en competición deportiva. Y lo lograron. En 1932 se fijaron la salida y la meta definitivas y en 1945 nace el tren fluvial, con bar, banda de música, altavoces, gaitas y cohetes. En 1951, cuando los países extranjeros acuden por vez primera a la prueba, adquirió su carácter internacional.

La fiesta comienza en el puente de Arriondas, donde confluye toda clase de gentes. Los palistas participantes recorren las calles de la villa formando un cortejo en honor del dios Neptuno, acompañados de diferentes personajes característicos de esta fiesta, como Don Pelayo y otros reyes asturianos, gigantes, cabezudos y "los Tritones de Piloña", un grupo nacido de la imaginación de Dionisio de la Huerta para cuidar del río y de la seguridad de los piragüistas. Tras este pasacalles, y una vez alineados los piragüistas en ambas márgenes del río, llegará el pregón. Unos versos que todo piragüero tiene grabados en su memoria. Así comienzan: "Guarde el público silencio / guarde el público silencio / y escuche nuestra palabra / de orden de Don Pelayo / después de medir las aguas...". Tras los versos, simples y festivos, y el "Himno de Asturias", antesala de la salida, de los deportistas hacia el puente riosellano, a los numerosos aficionados se les volverá a presentar el reto de cada año: llegar a Ribadesella a tiempo de vitorear a los vencedores a su paso bajo el puente de la villa, la meta de la carrera. Las celebraciones y actividades seguirán entonces por sus calles. En torno a las dos de la tarde, es tradicional que los aficionados y los deportistas se vayan a comer a los campos de Oba, en Llovio, una arboleda junto al Sella a la que se puede ir y volver gratuitamente en el mismo tren.

Mucho más que una prueba deportiva

El Descenso del Sella es mucho más que una prueba deportiva de piragüismo entre Arriondas y Ribadesella. Es una fiesta de interés turístico internacional que conserva la esencia de sus inicios. La fiesta de las fiestas en el Principado.

Todavía tiene aquel halo de nostalgia que la hace tan nuestra, tan cercana, tan propia. Pero poco a poco se han abierto las expectativas.

La pregonera será Mara Santos y Oskar Proy cantará el himno de Asturias

Paso a paso se ha ido convirtiendo en el evento por excelencia del verano asturiano, en la fiesta más importante de la región, así como la competición deportiva más significativa del mundo. Un espléndido escaparate de las excelencias de la comarca oriental asturiana.

Los ayuntamientos riosellano y parragués se visten, un año más, con su mejor sonrisa para recibir a los grandes palistas del panorama internacional. Disfrutan con las victorias de los deportistas locales y vibran con la garra que sale durante la lucha por llegar a cruzar el puente de Ribadesella en las primeras posiciones. El Sella, para el público, es distinto, y la cita, sin lugar a dudas, deja conmovido a todo aquel que pueda disfrutar de su recorrido. La belleza de los parajes por los que discurre el río y el colorido de la fiesta motivan a muchos a visitar el concejo y despiertan la añoranza de quienes se hallan lejos. Por ellos y por las siguientes generaciones, es deber y responsabilidad de los organizadores conservar la esencia de la fiesta: el desfile, el pregón de salida, el tren fluvial, la romería en los campos de Oba y las verbenas. El deporte debe prevalecer por encima de todo y quienes lo hacen posible deben ser reconocidos como merecen. Ellos, los palistas, son quienes dan sentido a la Fiesta de les Piragües. Nunca debe olvidarse.