José María Fernández Vallejo (Panes, 1952) recibirá el próximo viernes en la tierra que lo vio nacer el prestigioso premio "Pico Peñamellera" 2018, el "Nobel de los bolos", junto al cántabro Jacinto Pelayo Benito y el jugador de Cangas del Narcea Álvaro Collar. Comenzó en el mundo de los bolos como armador de la histórica bolera del Bar Pepín que regentaba su padre, Pepín Fernández González, fallecido en 2009 y también galardonado con este premio en el año 2004. Durante treinta años ha sido funcionario del Ayuntamiento de Peñamellera Baja.
- ¿Qué siente al recibir este galardón?
-Una gran satisfacción. Para mí es un orgullo. Me ha sorprendido que el propio Ayuntamiento de Peñamellera Baja, a través de su alcalde, presentase mi candidatura.
- ¿Cuál es su primer recuerdo ligado a los bolos?
-Los primeros recuerdos que tengo son de la bolera de mi padre en Casa Pepín, la cual se puso en marcha a finales del siglo XIX. Tenía un plágano y una higuera, y ahí empecé a dar mis primeros pasos.
- ¿Qué significa para usted este deporte?
-Ha formado parte de mi infancia, juventud y época adulta. Los bolos son mi debilidad y aún sigo intentando mejorar en el apartado técnico, fijándome en los jugadores de hoy en día.
- ¿Sigue jugando?
-Sí, lo hago en la categoría de veteranos. No entreno mucho. El año que viene quiero hacerlo un poco más.
- El jurado ha puesto el acento en su importancia en los aspectos organizativos.
-He colaborado con la asociación "Pico Peñamellera" en la organización de los campeonatos regionales de primera, segunda y tercera categoría, y de categorías menores. En Panes, en 1995, se celebró el campeonato de España de parejas y en 2005 de peñas por parejas, también de primera categoría. También he colaborado en la organización de competiciones en Suarias, en campeonatos de veteranos y de féminas, y aquí organicé yo solo un torneo de veteranos.
- ¿A quién dedicará el premio?
-A mi familia y, muy especialmente, a mi difunto padre, al Ayuntamiento y a la propia asociación.
