El camión de la orquesta fue el escenario elegido ayer por los vecinos de Cainava, en el concejo de Ponga, para celebrar la misa por las fiestas de San Justo y San Pastor. No es la primera vez que el párroco se ve obligado a dirigir la eucaristía entre altavoces, luces y micrófonos. El mal estado de la capilla de Cainava ha hecho que, por seguridad, los feligreses lleven años buscando una ubicación alternativa para instalar el altar. Tras tan peculiar misa de campaña hubo subasta del ramu, espicha y una animada verbena.

La alcaldesa de Ponga, la socialista Marta M.ª Alonso, envió hace varias semanas una carta al arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, denunciando el estado de abandono que presentan algunos edificios religiosos en el concejo. Como ejemplo puso la iglesia de Viegu, que, pese a las reclamaciones para que se rehabilitase y a que los vecinos llevaron a cabo colectas para sufragar parte de la obra, terminó por perder parte del pórtico en el último invierno. Viboli y Taranes son otras de las localidades en la que los inmuebles eclesiásticos se encuentran deteriorados. La regidora pongueta afeó al Arzobispado su "desidia" e "inoperancia" por no haber solicitado las ayudas convocadas por la Viceconsejería de Cultura en las últimas semanas. La Alcaldesa lamentó, además, que "de forma autoritaria" privara a los vecinos del sacerdote de Ponga, que será trasladado en los próximos meses a Cangas de Onís.