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Enfado por los primeros radares en Arriondas: "Sólo quieren recaudar"

Los dispositivos, parte de una campaña de la DGT, según la Policía, se colocaron en la recta de Castañera y en la avenida de Castañéu

La instalación de un radar móvil por primera vez esta semana en Arriondas ha generado gran malestar entre los vecinos de la zona, que estiman que la medida únicamente tiene afán recaudatorio. En concreto, los sensores de velocidad estuvieron funcionando al menos el pasado lunes y martes ( 6 y 7 de agosto) en la recta de Castañera (la que da acceso al Hospital del Oriente de Asturias) y en la avenida de Castañéu que comunica Arriondas con la carretera del Fitu.

Los lugareños no entienden el porqué de la elección de estas dos ubicaciones, en las que en los últimos años no se habían registrado incidencias de tráfico. En ambos puntos la velocidad se encuentra limitada a cincuenta kilómetros por hora. "El trípode estaba tan bien escondido que ni aunque supieras la ubicación y te fijaras podías verlo de la que pasabas. Se puso sólo para sacar perras", denunciaba ayer muy enfadado un lugareño.

El Ayuntamiento de Parres contrató hace varios meses la gestión de las sanciones de tráfico dentro del casco urbano a una empresa privada. Fue un técnico especializado de esta entidad el encargado de controlar el radar móvil de Arriondas esta semana, que según los cálculos iniciales podría haber multado a unas cuarenta personas. Los vecinos están molestos porque estiman además que el segundo punto, el de la avenida de Castañéu, se sitúa fuera del casco urbano de Arriondas y por tanto es competencia de la Guardia Civil de Tráfico.

La Policía Local de Parres negó ayer que hubiera intereses económicos detrás de la medida de colocar un radar móvil en la capital parraguesa en los días posteriores a la fiesta de Las Piraguas, cuando el concejo oriental registra máximos históricos de visitantes.

Fuentes policiales aclararon además que se trata de una campaña recomendada por la Dirección General de Tráfico (DGT) a nivel nacional. "A veces solicitan colaboración dentro del casco urbano para hacer controles a autobuses escolares o camiones, y en este caso fue para controlar la velocidad durante una semana. Se trajo a un técnico con la formación y cursos pertinentes para manejar el radar con el fin de ahorrar a un policía durante un par de días", aclararon.

"Una prueba de que no tenía afán recaudatorio para el Ayuntamiento es que ni el alcalde sabía que se iba a colocar el radar, se trató el asunto con la máxima discreción", ejemplifica el representante policial.

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