Cangas de Onís celebra mañana a las 21 horas, en Finca Villamaría, la cena-homenaje a José Manuel Fueyo Méndez, párroco en el concejo, quien próximamente se incorporará al arciprestazgo de Villaviciosa. Antes, el sábado, tiene otra parada en Vallobil (Parres), donde los feligreses le ofrecerán un almuerzo de despedida.

-¿Cuándo se va?

-El día 4 de septiembre nos entregan en el Obispado los nombramientos. Los nuevos párrocos se presentarán aquí el domingo día 16. En ese intervalo se quedará Don Luis -Álvarez Suárez, anterior párroco y actual capellán del hogar Beceña González-, si no tiene inconveniente.

-Hubo una campaña para evitar su marcha.

-La recogida de firmas cabe decir que es una reacción lógica de una feligresía que es poco o nada tenida en cuenta en este tipo de decisiones porque no hay tradición. El hecho de que la Iglesia sea jerárquica no debería ser óbice para que los feligreses y los propios curas seamos tenidos más en cuenta en los nombramientos, de curas y de obispos.

-¿Esperaba el traslado?

-Tan pronto no, desde luego. En mis destinos anteriores estuve entre siete y nueve años, que me parece un tiempo más razonable. Pero, como ya veía estos últimos años que don Jesús -Sanz Montes, arzobispo de Oviedo- era más dado a los cambios que sus predecesores, ya había comentado con algún feligrés que el cambio se podía producir.

-¿Cumplió sus objetivos?

-En esta profesión no debemos sentirnos del todo satisfechos nunca. En la parroquia siempre es más importante el "edificio espiritual" que el material, pero no me tocó empezar de cero. Simplemente intenté dar continuidad a la tarea de los anteriores párrocos, en especial de don Luis. Yo diría que la tarea más costosa es la homilía diaria, que pocas parroquias tienen, y que quise mantener para no romper la costumbre de don Luis.

-También hubo novedades.

-En materia de catequesis se redujeron los grupos de niños para trabajar con ellos mejor, y le dimos regularidad a la formación de adultos. En Cáritas intentamos corregir algunos detalles para atenernos mejor a lo que nos exigían desde Oviedo. Se mantuvieron las misas en capillas y se añadieron otras. Se intentó una hoja parroquial que tuviese gancho , la página web parroquial... Intenté hacerme ver por la calle para acercar la figura del cura. Pero siempre quedan asignaturas pendientes, como el tema de los jóvenes.

-¿Qué les diría a los párrocos que llegan?

-Poca cosa, porque saben tanto o más que yo de esto. Lo van a tener más difícil, porque yo atendía cuatro parroquias y entre ellos dos van a llevar 28. El caso es que se compenetren bien entre ellos, porque en el Seminario no nos educaron mucho para el trabajo en equipo y esta figura de los párrocos "in solidum", que parece que le gusta mucho a nuestro Arzobispo, presenta ese riesgo: o hay entendimiento o hay fracaso.