Piloña se rindió ayer a la Virgen de la Cueva en el día de su fiesta, en el que cientos de fieles abarrotaron su santuario, uno de los que más visitas registra en Asturias.

El momento más solemne llegó con la función religiosa oficiada por el párroco local Manuel Velasco, y los festejos religiosos se completaron con la tradicional procesión y la subasta de panes. Cabe destacar que este año uno de los ramos fue donado por los vecinos de la parroquia de Ques.

La devoción de los locales por su Virgen de la Cueva es total. De hecho, en los últimos días varios vecinos han colaborado en las labores de limpieza de la zona para dejar a punto el lugar para su día grande, y algunos incluso han donado productos cuya venta servirá para terminar de pagar la restauración del templo después del desprendimiento de rocas que lo dañó en el año 2000.

Además, ayer la asociación de jubilados "Virgen de la Cueva" aprovechó la festividad en honor a la Virgen para celebrar su día del socio, con reparto del bollu.