Barcelona, Ferrol, Portugal... El fotógrafo riosellano Jonathan Hevia ha pasado el último año recorriendo buena parte de la geografía de la península Ibérica con "La Mamut", la caravana que construyó para ser a la vez una gran cámara fotográfica y laboratorio, y de la que no puede hacer un balance más positivo, ya que "es gratificante ver cómo llama la atención, desde los más pequeños hasta los mayores".
"El proyecto nació sin ninguna pretensión más allá del disfrute y de realizar una labor didáctica de la fotografía", cuenta Hevia, quien confiesa que se le ocurrió la idea tras ver una fotografía en la que su abuelo y su bisabuelo están, a su vez, tomando una imagen con una minutera, una antigua cámara que el riosellano tomó como referencia para hacer la suya, en formato gigante.
Con su proyecto, Hevia ha viajado por diversos rincones explicando el concepto de la cámara oscura, algo que "descubrió Aristóteles y utilizaron grandes pintores" hasta que, finalmente, se aplicó a la fotografía.
Además, en su periplo, Hevia ha ejercido de embajador de Ribadesella. Y es que "La Mamut" está decorada, además de con personas importantes para el fotógrafo, con dos motivos bien diferenciados: la historia de la fotografía y la propia villa riosellana. "Uní las dos cosas que más me gustan", señala.
Eso sí, no todo ha sido bueno durante el primer año de vida de "La Mamut". De hecho, el punto negativo lo pone precisamente el Ayuntamiento de la villa que él mismo promociona, donde considera que el equipo de gobierno "hace el vacío" al proyecto. "Me da pena cómo el Ayuntamiento de Ribadesella, desde la presentación, no hizo caso a 'La Mamut' y ni siquiera hubo representación, y después de un año deben ser las únicas personas de Ribadesella que no se interesaron por ella y no la conocen", lamenta Hevia, quien ya se encuentra dándole vueltas a nuevos proyectos.
