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"No podemos vivir así", claman los vecinos de la Cuesta Nueva

El barrio riosellano, al que se accede por carretera o por escaleras, tiene un 22 por ciento de desnivel

Dos viandantes caminan por una de las calles del barrio de la Cuesta Nueva. C. M.

"Llevamos unos quince años reclamanto mejoras en el barrio, no podemos seguir viviendo así". Los vecinos del barrio de la Cuesta Nueva, en Ribadesella, piden al Ayuntamiento que busque una solución al problema de accesibilidad con el que tienen que convivir desde que se inauguró el barrio, en los años cincuenta del siglo pasado, ya que la calle cuenta con un 22 por ciento de desnivel, una situación que hay quien califica de "insostenible".

"El acceso está mal, sobre todo en este barrio en el que muchos de los vecinos tienen ya una cierta edad", cuenta un residente, Joaquín Fernández. De hecho, Fernández comenta que hay veces en las que es necesario ayudar a algunas personas a subir porque, sobre todo si van cargadas, "les cuesta".

Una situación que también denuncia Carmen Vega, nacida en el barrio y residente allí durante toda su vida. "Mi madre ya patinó y varios vecinos cayeron", cuenta. Vega no solo reclama una solución al problema de la pendiente, sino que también pide que se tomen medidas de seguridad vial, ya que el acceso al barrio se puede hacer bien por unas escaleras o bien por la carretera, en una zona que, sin embargo, está designada para los peatones.

"Hay gente mayor que no puede utilizar las escaleras y es peligroso, deberían tomarse medidas como, por ejemplo, a modo de sugerencia, poner badenes para que los coches aminoren la velocidad o aplicar pintura antideslizante o la solución que los técnicos consideren, en la zona de la carretera para los peatones", reclama Vega.

Y no solo en su día a día tienen problemas los vecinos de la Cuesta Nueva, sino que también han vivido situaciones complicadas en momentos de emergencia. "Mi abuelo, cuando enfermó, tenía que subir y bajar de casa en taxi, y una vez que tuvo que venir a buscarle la ambulancia, tuvimos que trabarla con piedras", cuenta María Rodríguez. Por eso, esta vecina no duda de calificar la situación de "muy peligrosa".

En cuanto a la búsqueda de una solución, hace unos años el Ayuntamiento convocó un concurso de ideas para que todos aquellos que quisieran aportasen soluciones, que posteriormente fueron estudiadas.

Según cuenta la alcaldesa del municipio, Charo Fernández Román, solo una empresa presentó una idea "viable y que facilitaba la accesibilidad al cien por ciento" mediante una serie de rampas, pero, al ponerse en contacto con dicha empresa, "cambiaron el proyecto por completo y, por supuesto, el coste".

Así, la regidora explica que, si bien no han abandonado la búsqueda de soluciones, a corto plazo no tienen ningún proyecto sobre la mesa y dice que están "limitados" porque "hay escaleras y una carretera que hay que mantener".

En cuanto a los vecinos, creen que el consistorio los ha "abandonado", y opinan que la búsqueda de una solución es una cuestión de "voluntad y disposición". Además, algunos se preguntan a dónde ha ido el dinero que se había destinado para el proyecto.

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