"El Niño de Oro", un nombre tan llamativo como (alguno puede pensar) un punto hortera, está protagonizando en los últimos días titulares de actualidad del Oriente asturiano. Pero, ¿quién es y por qué le llaman así?

Este vecino ha saltado a primera plana mediática tras protagonizar un suceso en Infiesto, al ser detenido por los balazos que recibió el coche de otro vecino de la capital piloñesa cuando estaba estacionado junto al centro de salud. Ambos viven en el mismo edificio y la víctima del violento acto vandálico se ha visto sorprendida por lo sucedido, al no entender qué razón pudo tener el arrestado para disparar contra su vehículo. Asegura, de hecho, que apenas tenían trato. Además, por este suceso han sido detenidos dos menores, acusados de proporcionar al "Niño de Oro" la carabina con la que supuestamente se efectuaron los disparos al vehículo.

¿Quién es "el Niño de Oro"?

Tras el mote de "el Niño de Oro" no se esconde ningún joven. Su nombre responde a las iniciales L. F. E. N. y tiene 50 años. Sin embargo, su "actitud presumida" y su forma de vestir y aparentar un alto tren de vida motivaron que los vecinos de Infiesto hayan extendido, con cierto sarcasmo, el nombre de "el Niño de Oro".

Pero lo cierto es que el sobrenombre incluso ya le viene de cuando era pequeño, porque "sus abuelos le consentían todo y de niño siempre vivió muy bien". Se crió en Villamayor y trabajó en la fábrica de juguetes.

Pero, además de ser conocido por su forma presumida de ver la vida y su estética, este hombre también se ha labrado cierta fama fruto de algunos desmanes y gamberradas. Según quienes lo conocen, le gustan las armas e, incluso, iba "muchas tardes a disparar detrás del ambulatorio, donde el apeadero de Infiesto", afirman vecinos de la plaza de Pablo Iglesias, quienes llamaron a Emeergencias por ello en varias ocasiones. Pero, al parecer, hasta ahora "no eran balas de verdad". "El Niño de Oro" ha dado (supuestamente) un paso más en su último acto, agujereando, esta vez con proyectiles reales, el coche de su vecino.

En el vecindario ha habido más de una llamada al 112 por culpa de este "problemático" ciudadano, que tiene un perro y tatuajes en la cara simulando lágrimas, un símbolo inspirado en el mundo de las bandas y de las cárceles. Sin embargo, también aseguran que no siempre es así y que, según el momento en el que esté, se encuentra más alterado o no. E inciden en que no se le conocían altercados hasta hace unos años, cuando empezó a llamar más la atención. "Cuando está normal, parece un hombre tranquilo", aseguran.

A "El Niño de Oro" también lo conocían las autoridades, que este mismo año ya le habían requisado un arma de fogueo. Esta vez ha acabado detenido, pero este vecino de Infiesto, bien conocido en el vecindario, ya vuelve a disfrutar de su libertad y ayer se le pudo ver por algún bar de Infiesto disfrutando de una cerveza.