El presidente del Ateneo Republicano de Asturias, Alejandro Villa, justificó ayer su ausencia en el acto llevado a cabo el pasado sábado en el Alto de la Tornería, en El Mazucu, Llanes, por estar en desacuerdo, entre otras cosas, con el homenaje que se tributó a los jóvenes de Alsasua (Navarra) condenados a penas de entre 2 y 13 años de cárcel tras una reyerta en un bar en la que agredieron a dos guardias civiles de paisano. El acto llanisco es todo un clásico del movimiento republicano asturiano desde años y está organizado por la Federación Asturiana de Memoria y República (Famyr) en colaboración con el colectivo vasco "Ahaztuak 1936-1967".

En El Mazucu se homenajeó, además de a los ocho condenados de Alsasua, a Vicente Gutiérrez Solís, Pepe Lavandera y Nagore Laffage, y a los familiares de los protagonistas del asalto al fuerte Carchuna, en Motril, donde fueron liberados trescientos presos republicanos asturianos durante la Guerra Civil.

"No tenía ningún sentido el homenaje a estos jóvenes de Alsasua. Lo que pasó quedo claro en el juicio", señala el presidente Alejandro Villa, quien se muestra en contra de "todo tipo de violencia". En su opinión, el fondo del acto de El Mazucu es recordar a los republicanos que durante la Guerra Civil dieron su vida por luchar contra el fascismo. "Se han mezclado churras con merinas", considera.

Tampoco endiende el homenaje a Nagore Laffage, joven asesinada en los Sanfermines de 2008 tras intentar ser forzada a mantener relaciones sexuales por un estudiante de medicina, hoy ya en libertad. "Es muy grave lo que pasó, y más que el asesino esté ya en la calle, pero nada tiene que ver con lo que ocurrió en El Mazucu ni con la lucha antifascista", indica.