Vecinos y representantes de Nocéu, Cueves, Xuncu, Sardalla, Tezangos y Ardines, así como del bloque de pisos de El Tocote, se reunieron ayer con el fin de crear un frente común y acudir al Ayuntamiento para protestar contra el proyecto de renovación del entorno de la avenida de Tito Bustillo, el cual consideran que "empeora lo que había".

Los habitantes de estos pueblos y de El Tocote sienten que son los grandes perjudicados por estas obras porque son quienes se ven obligados a pasar por la zona varias veces al día y consideran que lo que se está haciendo "no tiene sentido". Así, quienes ayer se reunieron cuentan que han hecho un sondeo en cada uno de los pueblos y que, "de los alrededor de 700 vecinos, todos están en contra de lo que se está haciendo".

"No se puede gastar dinero en estropear lo que ya hay", consideran. Y es que, entre sus protestas está el hecho de que el carril bici no tenga continuidad hacia ningún lado, la carretera se haya estrechado, lo cual opinan que "es un peligro", y que la acera no cuente con un asfaltado. Además, sostienen que dicha acera, que discurre junto al río y que es muy transitada, ya que es la que lleva al polideportivo, se está hundiendo y que se ha construido en el mismo lugar en el que se encuentran unos árboles que ahora el Ayuntamiento planea eliminar, algo con lo que tampoco están de acuerdo estos vecinos. "La acera que había estaba bien", opinan.

Por eso, los vecinos allí presentes, en representación de todos los pueblos afectados, redactaron un escrito que van a enviar al Ayuntamiento en el que piden ver el proyecto, ya que sospechan que este ha podido sufrir modificaciones. Además, entre las soluciones que persiguen es que la carretera recupere su anchura original, que se respeten los árboles y que haya una "acera decente".

En cuanto a la ejecución de las obras, tampoco están contentos con los plazos. Y es que ya hace unos meses dicha vía tuvo que ser cortada durante varios días por problemas en los trabajos, una situación que motivó las protestas de los vecinos y empresarios de la zona, quienes argumentaron que estaban sufriendo pérdidas en sus negocios por las molestias que dichas obras les estaban causando.