"A donde voy, voy en Vespa o no voy". Así de contundente se mostró ayer el malacitano Francisco González Lozano, de 81 años, el más veterano de los participantes en la Travespera, quien rodó en su Vespa-200 los 1.076 kilómetros que unen tierras malagueñas con Cangas de Onís, junto a otros miembros del Club Vespa Club Axarquía, al que pertenece. Debutó en esta sexta edición en compañía de otras 300 Vespas y Lambrettas por carreteras de los Picos. "Ahora mismo llevo 93.171 kilómetros", matizó el experto vespista tras observar el cuentakilómetros, instantes previos a ponerse en ruta a Posada de Valdeón.

Precisamente varios componentes del Club Vespa Club Axarquía -el cangués Manolito Tejuca, notario jubilado, residente por aquellos lares de la Costa del Sol, guarda muy buena relación con alguno de los socios- hace poco más de un año tomaron parte en la que fue primera edición de la denominada "Scooter Tour Hispania-2017", la cual contó con parada en Cangas de Onís, entre otros puntos del oriente asturiano. En total recorrieron alrededor de 3.400 kilómetros por carreteras de España y Portugal.

Instantes previos la salida de la Travespera, el grueso de los organizadores -convenientemente uniformados y liderados por el incombustible Silfredo Torrado, auténtico "alma mater" del evento ya consolidado en el calendario turístico de los amantes del motor y las dos ruedas- llevaron a cabo un escanciado sincronizado botella en mano delante del puente "romano" invitando a degustar culinos de sidra, de cosecha y elaboración propia y bajo la denominación "Gasolina p'al pilotu", a los tres centenares de vespistas y lambretteros, algunos desplazados desde países como Alemania, Bélgica, Francia, Italia y Portugal.

Por si fuera poco, la meteorología acompañó en esta ocasión. Eso sí, tampoco faltó el "Asturias, Patria Querida", cantado al unísono, entre los que se encontraba el alcalde cangués José Manuel González Castro, bajo la dirección de Ángel Lueje Corral y con acompañamiento de gaita.

Ya avanzada la tarde, tras 233 kilómetros de trazado, los participantes arribaron a la ciudad canguesa, siendo recibidos con fuegos artificiales.

Hubo, además, obsequios -consistentes en réplica en miniatura de piedra caliza de las cumbres más emblemáticas de los Picos de Europa- para los vespistas más representativos. Y, como colofón, actuó el dúo "Silbidos y Gemidos". Las Vespas y Lambrettas dejaron de rugir.