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De primero en Pakistán: fabada asturiana

Un chef paquistaní aprende cocina regional en Cangas de Onís

Afdhash Chaudry y Manolita Suero hacen arroz con leche en Ñarciandi. CRISTINA CORTE

Las recetas asturianas más tradicionales se degustarán en pleno corazón de Pakistán. Todo gracias a Manolita Suero del Cueto, vecina de Cangas de Onís que este fin de semana enseñó a hacer arroz con leche y fabada al médicoAfdhash Chaudry, propietario de cuatro restaurantes de alta cocina en Lahore e Islamabad.

Chaudry llegó el pasado miércoles a la localidad canguesa de Ñarciandi para pasar unos días de vacaciones y disfrutar de las fiestas de San Cosme. Lo hizo invitado por su colega de profesión German Grondijs, médico holandés, que desde hace varias décadas cuenta con una segunda residencia en la zona. Cuando Grondijs le habló de la destreza que su vecina Manolita mostraba entre fogones, el paquistaní no dudó en visitarla. Y es que, pese a ser médico genetista de profesión, Chaudry tiene como pasión la cocina creativa y a ella dedica todo el tiempo que no permanece en su clínica de Lahore.

La barrera idiomática no fue impedimento para que el chef hiciera buenas migas con la canguesa, de la que recibió un curso de cocina acelerado durante todo el fin de semana. Empezaron por un arroz con leche, siguieron con una tortilla y acabaron con una fabada. Todo el proceso quedó registrado en la cámara del móvil del paquistaní. El resultado fue tan positivo que Chaundry planea introducir, a corto plazo, algunos de los platos asturianos en la carta de sus restaurantes, bautizados con el nombre de "Mouthful" y muy apreciado por los gastrónomos del país. Según el médico, "en Asturias se come muy bien y muy fresco". Por eso, a pocas horas de iniciar su regreso a casa ya planea un viaje de vuelta para diciembre en compañía de su padre. La elección del mes no es casual: lo hace porque es entonces cuando toca el tiempo de la matanza del cerdo y Chaundry quiere aprender a elaborar morcillas con Manolita.

Por su parte, la mujer, de 65 años de edad, ya mostró su intención de recibirlo con los brazos abiertos si regresa porque "es muy buena gente. Al verme cojear se empeñó en revisarme la pierna, me hizo masajes y me encuentro mucho mejor", resaltó. "Lo que más le llamó la atención es que aquí cocinamos sin tantas especias", reflexionó.

La receta de arroz con leche que el paquistaní se lleva en la maleta pertenecía a la madre de Manolita. "Fue un orgullo enseñársela. Todo el mundo me dice que me sale riquísimo, pero yo no tengo ningún truco más allá de cocinarlo con paciencia y mimo", contó la mujer.

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