El bambú japonés campa a sus anchas por la ribera del Sella. Eso es lo que denuncian los empresarios de turismo activo y los pescadores de la comarca, que urgen al Principado a que tome medidas para erradicar esta especie invasora del curso fluvial.
La "Reynoutria japonica" -como se le conoce por su nombre científico- se introdujo en España hace más de cuatro décadas para darle uso forrajero y ornamental, sin reparar en las posibles consecuencias medioambientales. Su facilidad para expandirse -se reproduce por esquejes- la ha llevado a colonizar el río Piloña, primero, y el Sella, después, generando alarma entre los ribereños. El motivo: impide el desarrollo de la flora autóctona e incrementa el riesgo de inundaciones por la obstrucción de cauces.
La planta, de color verde, tallo largo y hojas en forma de corazón, mantiene en vilo a los pescadores. El presidente de la Sociedad "El Esmerillón", Antón Caldevilla, urge a su erradicación por motivos medioambientales. "Tiene tomadas las márgenes del río Piloña, la parte baja del pozu'l Arcu y la zona de Triongu", ejemplificó. Calo Soto, de la Escuela Asturiana de Piragüismo, puso énfasis en la dificultad para acabar con el bambú japonés, ya que cortarlo no sólo no acaba con la planta, sino que la extiende. "La solución pasa por utilizar herbicidas que ataquen la raíz. Es tan grave el daño que causa que los bancos de Reino Unido no conceden hipotecas a quienes compren o construyan una casa en terrenos donde se haya localizado esta especie", dijo.