Los vecinos de la localidad piloñesa de Lozana denuncian que una "invasión de cuervos" está arruinando sus cosechas. Los lugareños constatan que los daños van en aumento desde hace cuatro años y urgen al Principado a que tome medidas para frenar estos ataques.

Según residentes como Víctor Molina, estas aves arruinaron su cosecha de manzanas y de avellanas y hacen lo propio en tiempo de ciruelas y peras. Tampoco el maíz que siembra se libra de los picotazos, pese a que por precaución cubre las mazorcas con botellas de plástico recortadas cuando empiezan a madurar. "Arrancan las verduras y todo lo que pillan. Así es difícil que la gente joven se anime a quedarse en la zona rural y cultivar", apunta este jubilado del campo.

Molina se encuentra además con una problemática a la hora de cobrar compensaciones por daños por parte de la Consejería: los guardas del Principado alegan que son producidos por cornejas y que, por lo tanto, corresponde a la sociedad de cazadores local abonar el importe, al tratarse de una especie cinegética. Una afirmación que Molina no comparte. "Por la zona lo que se ven son cuervos, que meten el pico hasta en la tierra y además de destrozar el prau acaban con los grillos. Como está prohibido ponerles trampas no queda otra que quedarse de brazos cruzados", lamenta.

En la comarca oriental ya hay precedentes de ataques de cuervos. Sin ir más lejos, a finales del año pasado el juzgado de Cangas de Onís reconocía que los daños causados en unas bolas de hierba que se echaron a perder en Llames de Parres fueron efectuados por estas aves -que no se pueden cazar- y no por cornejas, tal como defendía el propietario de las mismas.