El alero del puente de la variante de Arriondas, sobre el río Sella, se cae a pedazos. Tanto es así que los operarios municipales del Ayuntamiento de Parres han decidido precintar parte del paseo Pablo Iglesias que discurre por debajo de la infraestructura y que conecta el parque de la Concordia con la zona de El Lladuengu.

La alarma saltó el viernes, cuando unos paseantes se percataron de la caída de varios trozos de hormigón de considerables dimensiones (más de treinta centímetros de largo y dos puños de ancho) sobre la ruta, una de las más concurridas de Arriondas.

Tras tener conocimiento del suceso, el alcalde parragués, el socialista Emilio Manuel García Longo, ordenó por seguridad la clausura de los últimos treinta metros del paseo, los más cercanos al Lladuengu: "Cerramos por pura precaución y dimos aviso a Fomento -propietario del puente- por pura precaución, pero tampoco fueron desprendimientos de gran envergadura ni hay que generar alarma".

El puente de la variante de Arriondas ya fue sometido el pasado septiembre a obras de mejora, que obligaron a cortar al tráfico uno de los dos carriles de la carretera N-634 y a regular el tráfico con ayuda de semáforos. Los trabajos se centraron entonces en el arreglo de las juntas del puente que discurre sobre el paseo de la Concordia. La zona es muy frecuentada por paseantes, especialmente en verano, cuando muchos bañistas acuden a refrescarse al pozu de El Lladuengu. El tramo ahora vetado para los peatones también es utilizado por los pescadores al encontrarse allí el acceso al coto salmonero de El Barreñu.

El de la variante no es el único puente que sufre deterioros en Arriondas. Los vecinos llevan tiempo quejándose del mal estado del puente Emilio Llamedo Olivera, que cuenta además con aceras muy estrechas. Fomento acaba de aceptar el traspaso de la titularidad de dicho puente -punto de salida del Descenso Internacional del Sella- al Principado para que se haga cargo de su reforma.