La campaña de recogida de kiwi arranca con fuerza en Piloña, donde el cultivo gana cada año más peso en la economía local. Ejemplo de ello es la finca Vega d'Aguín, donde está previsto acumular doscientas toneladas del producto antes de que concluya la semana. Su propietario, el empresario Manuel Cimas, confirma que la cifra es ligeramente inferior a la esperada como consecuencia de las lluvias que azotaron a la región en primavera, dificultando la floración. "Hay algo menos de cantidad, pero la producción es muy buena en calidad. Aquí se consigue un nivel de insolación adecuado por ambas caras de la planta y, como resultado, la fruta sale muy azucarada y sabrosa", cuenta.
Cerca de una veintena de empleados locales se encargan desde el pasado lunes de recoger y clasificar la fruta, disponible a partir de finales de mes en Mercamadrid, en la cornisa Cantábrica y, por primera vez, en el pequeño comercio asturiano gracias a una alianza para la distribución con el Grupo Fruasa. "No queremos que salga verde, si tenemos que retrasar la salida una semana lo haremos para que el consumidor lo encuentre óptimo", explica Cimas. El kiwicultor, que opera bajo la marca de calidad "Alimentos del Paraíso", denuncia la existencia de "fraude" en el sector. "Se está vendiendo kiwi traído de Grecia, Italia y Portugal como si fuera asturiano", advierte.
La finca Vega d'Aguín empezó a funcionar hace dos décadas y en la actualidad cuenta con diez hectáreas de kiwi cultivadas. En 2019 está prevista una nueva expansión para sumar cinco hectáreas en ecológico y más empleos. En cinco años la previsión es la de alcanzar una producción anual de cuatrocientas toneladas. Además, Cimas lleva a cabo colaboraciones con otros kiwicultores del concejo, a los que proporciona apoyo para el cultivo y distrubución. "Sumando su mercancía se podría llegar a las mil toneladas en un futuro no lejano".
La buena relación de recursos hídricos, de horas de frío en invierno sumado a los servicios y la mano de obra cualificada existente son algunos de los factores que hacen que el empresario apueste por Piloña como centro de distribución. En este sentido, la empresa alquilará parte de los terrenos de la antigua fábrica de Chupa Chups de Villamayor para instalar cámaras de frío."Ya estamos utilizando unos quinientos metros cuadrados para el almacenamiento de carga seca como envases y la intención es llegar a los dos mil", cuenta Cimas. Esta operación supondrá, junto a la compra de nueva maquinaria, un desembolso de 750.000 euros. Aunque el mercado principal de Vega d'Aguín seguirá siendo la fruta en seco, su propietario sacará adelante otros proyectos como la venta de zumos naturales de kiwi.
