El "cohousing" es un modelo social que promueve las viviendas colaborativas y autogestionadas. Las ventajas que ofrece como dinamizador de la zona rural y para la promoción de un envejecimiento activo fueron debatidas ayer en el I Encuentro estatal sobre espacios colaborativos que el Gobierno del Principado organizó en Ponga en colaboración con la Alianza de Fundaciones para el Desarrollo de los Territorios. El programa, que incluyó conferencias y mesas redondas con expertos, fue presentado por la directora general de Planificación, Ordenación e Innovación Social, Nerea Eguren, quien indicó que "la vejez no es un problema, sino un logro social", que permite abrir nuevos nichos de mercado en sectores como la biomedicina y el turismo adaptado.

Al evento acudió el vicepresidente de la Alianza de Fundaciones para el Desarrollo de los Territorios, Gustavo Bueno, quien pidió compromiso político para sentar unas bases sólidas administrativas y jurídicas que permitan el desarrollo del "cohousing".

Entre los conferenciantes se encontraba el jefe del servicio de Supervisión e Inspección de la dirección general de vivienda, José Carlos Arboleya, quien incidió en la importancia de adaptar antiguas construcciones para que sean más accesibles sin caer en la "gentrificación", término que utilizó para referirse a los barrios que, tras ser rehabilitados, se hacen inasequibles para sus pobladores naturales, fomentando la especulación urbanística.

Por su parte, la presidenta del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, Sonia Puente, incidió en la importancia de fomentar un urbanismo inclusivo. "En las comunidades actuales la relación que tenemos con los vecinos se reduce a hablar del tiempo cuando coincidimos en el ascensor, no hay espacios sociales en los edificios", dijo.

Puente enumeró tres modelos distintos de "cohousing": el liderado en todas sus fases por los propios residentes; otro intermedio de cooperación, en el que intervienen profesionales para desarrollar la estructura legal y financiera, y un modelo de negocio especulativo en el cual los habitantes no tendrían apenas voz para decidir frente a los promotores urbanísticos.

El encuentro se cerró con la intervención de representantes de cooperativas de "cohousing" como Ernesto Cabello, presidente de la plataforma "Convivir" de Cuenca, que aglutina a personas jubiladas. Para ellos, los mayores retos fueron los accesos a créditos, al no conformar una sociedad mercantil, la falta de leyes que regulen el modelo y la fijación de normas sobre la tenencia de mascotas y el régimen de pernocta. Sus dificultades las compartía el representante de "Vitápolis", Juan José Díaz, que planea poner en marcha 35 viviendas adaptadas en Toledo.