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La suerte ya le llegó a Goyo el de Ribota

El octogenario de Sajambre recupera gracias a los vecinos de Cangas de Onís los ocho décimos para Navidad que había olvidado en la administración

"Vino con mucha prisa, pues tenía que ir a Arriondas. Le entregué los décimos y me dio las gracias". Eva María Ordóñez, responsable de la administración n.º 2 de Cangas de Onís, se refería así a la resolución del misterio de los décimos de lotería extraviados el pasado día 23 en su local. Tras una intensa campaña lograron localizar a Goyo el de Ribota (Sajambre, León), dueño de los boletos que ayer mismo recogió. Eran ocho décimos, un total de 160 euros, todos para el sorteo del Navidad.

La movilización de los responsables de la administración dio finalmente sus frutos. Ha sido como si de un anuncio de lotería de Navidad, pero real como la vida misma. Y todo gracias a la colaboración de Benito Díaz, "el panadero de Oseja", que fue quien identificó al dueño de los décimos tras visionar las imágenes de la cámara de seguridad. No tuvo dudas: "El mismo viernes, al mediodía, vi a Goyo por Cangas", aseguró a LA NUEVA ESPAÑA.

En el instante de la adquisición de los décimos también se encontraban en el interior del local otro sajambriego, Martino, que fue durante muchos años cobrador de Autocares Mendo, acompañado de su mujer Julita. De ahí que pudo conocerse la identidad del octogenario, con su tradicional gorra cubriéndole la cabeza, que compró ocho décimos del mismo número -quizás con intención de repartirlos entre sus familiares- y los olvidó sobre la repisa, siendo encontrados, minutos después, por el cangués Antonio Cofiño Medina, que lo puso en conocimiento de los gestores de la Administración.

A partir de ahí se inició una campaña, a la que ayudó LA NUEVA ESPAÑA, para tratar de dar con la persona. En un principio se habló de alguien de la zona, no cliente habitual de la citada administración. Los días iban pasando y nadie -salvo algún que otro pícaro- parecía reclamar aquel sobre. Todo cambió al visionar las imágenes de la cámara de seguridad. Así que ayer, miércoles, fue posible contactar con Goyo el de Ribota y poner punto final a esa anécdota prenavideña que trajo en vilo a Cangas de Onís y comarca.

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