"Muchas veces coincidimos en la mar, era muy alegre, siempre con una sonrisa en la cara". José Ángel Llera acudió ayer a la iglesia parroquial de Lastres para despedirse de Agustín Roza, más conocido en la localidad como Tarito, un amigo al que ha conocido "de toda la vida" y con el que ha compartido grandes recuerdos y momentos, siempre a bordo de un barco. Tarito falleció el miércoles a los 86 años.

Si Tarito tenía alguna pasión, esa era, sin duda, la mar, de la que hizo su vida desde muy joven, pues a los 14 años embarcó a bordo de un pesquero y ya prácticamente no volvió a pasar un día completo en tierra firme. "Navegué con él en el 76, era muy querido por todos", apunta José Manuel Rodríguez, quien destaca que, incluso después de su jubilación, "le gustaba ir todos los días al puerto y salir a la mar".

Así, ayer todo eran muestras de cariño en Lastres para un hombre que pasó muchos momentos angustiosos durante su periplo en las distintas embarcaciones en las que trabajó, entre los que él mismo contaba unos 150 temporales, tres vías de agua e incluso un incendio. Sin embargo, los momentos malos no pueden eclipsar a los buenos, sobre todo teniendo en cuenta el gran amor que Tarito tenía pro su profesión.

Eso hizo, precisamente, que él fuera uno de los impulsores de un grupo que hoy se ha convertido en todo un símbolo de Lastres, sus rederas. Tarito, junto al también marinero Luis Carrandi, reunió a un grupo de mujeres de la zona y les enseñó el arte de reparar y confeccionar las redes de los pescadores, creando de esta manera a un grupo que ha ido ganando fama con los años, manteniendo viva en la comarca una de las profesiones de antaño.

Además, como reconocimiento a su vida marinera, Tarito recogía el pasado 8 de septiembre en compañía de su mujer, María Dolores Moro, y del resto de su familia el galardón de "Mareante Mayor de 2018", otorgado por la asociación "Mareantes Virgen del Buen Suceso". Ayer, la localidad le despidió en un emotivo funeral cantado por el coro marinero "Manín" de Lastres.