Guardia civil de tricornio y capote, amigo de todo el mundo. Disfruta él más haciendo favores que el que los recibe.

Espléndido, generoso, siempre deseando que lo llames para solucionarte algo en casa, es un "manitas" sin más interés que el de agradarte.

Yo que soy mayor que él, me acuerdo perfectamente del día que llegó a Cangas de Onís, era su primer destino y el último hasta su jubilación.

Entre sus anécdotas, que eran muchas, contaba su primer servicio con Sagredo (guardia civil con mucha experiencia, ya que llevaba muchos años en el cuerpo). Les tocó servicio en la zona de Amieva. De regreso bajando del pueblo de Vis por la zona del río Dobra, antes de llegar a la carretera, le dice Sagredo "métete en ese charco y ensucia esas botas". Cardoso, que iba con mucho cuidado para no ensuciarlas, pues eran nuevas y relucientes, preguntó el porqué. "Es lo primero que mira el jefe al regreso de un servicio", le comentó Sagredo. Sin vacilar se metió en un charco, con resignación, pues en aquel entonces tenían que pagarse ellos las botas, el uniforme y hasta el tricornio. Eran otros tiempos.

Los guardias que ascendían a cabo disfrutaban teniendo al que había sido su compañero o su pareja (como se denominaba) firme y saludando unos cuantos minutos. Los galones los transformaban; ahora ves un cuartel con cuatro guardias de puesto y cinco coches oficiales.

Tuviste la suerte de casarte con Eli, una mujer estupenda y tener unos hijos inmejorables. Hubo que valerse de influencias para que no te destinaran a otro cuartel por casarte en tu destino, pues Eli era de Avalle, y el que te quería echar para otro cuartel estaba en las mismas circunstancias que tú, estabais casados en el mismo concejo, pero él tenía galones. Los que vivimos en Cangas de Onís tuvimos el privilegio de que no fuera así, pues pudimos y podemos disfrutar de tu amistad.

Eres de la vieja usanza, te disgustaste mucho al dejar de celebrar en el cuartel el día del Pilar o "de la patrona", disfrutabas como ninguno agasajando a todos los que íbamos y también encontrándote con los antiguos compañeros.

Desde que por tu enfermedad no pudiste acompañarnos a Badajoz a cazar, se te echa mucho en falta; esa alegría en el viaje y en las comidas, en el cortijo con esa gracia gaditana "orgulloso de ser de Barbate".

Para la Guardia Civil eres un compañero ejemplar; para todos los que te conocen, un buen amigo; y para mí un HERMANO.

"Quillo", lucha por la vida, lucha que tu familia y nosotros te necesitamos.