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2019, el año del puente

Ribadesella confía en ver en los próximos meses la ansiada reforma de la estructura que conecta la playa y la villa

En Ribadesella por fin pueden decir que ya ven más cerca la que ha sido una de las obras más demandadas de su historia: el arreglo y ampliación del puente que une las dos partes de la capital del concejo. Y es que, aunque no se manejan plazos concretos, todo apunta a que 2019 será, por fin, el año en el que el Ministerio de Fomento acometa los tan esperados trabajos, que se llevan reclamando, según cuenta la alcaldesa riosellana, Charo Fernández Román, "durante más de 20 años".

Los motivos para la esperanza se basan, según confirma la regidora, en que "ya se mandaron los pliegos para la contratación", el primer paso concreto para que la obra se lleve a cabo. Algo que es "prioritario" para Fernández Román. "Es una calle principal y que esté así estrangula el crecimiento de Ribadesella", considera la mandataria.

Los planes del Gobierno estatal para la infraestructura contemplan una inversión de 4,5 millones de euros. Con esa cantidad se pretende acometer mejoras en la estructura y hacerla más funcional, con una ampliación del tablero que permita el tráfico seguro y fluido de peatones, ciclistas y coches.

Menos cerca parece estar el gran proyecto largamente demandado en Colunga, la senda que una la playa de Lastres con la capital del concejo, y que supondría además la regeneración del arenal. Para que se lleve a cabo, el Principado debe ceder los terrenos al Gobierno central y la alcaldesa del municipio, Sandra Cuesta, confiesa que está "trabajando mucho" por intentar conseguir ese entendimiento y que así se lleve a cabo el proyecto. "Lastres es la perla del concejo y Colunga es la capital, así que una senda que los una contribuirá a hacer un concejo más humano y más preparado para la accesibilidad", sostiene Cuesta.

En cuanto a Caravia, si bien es un concejo pequeño entre dos mayores que él, sus aspiraciones no son menores. Y es que, su alcaldesa, Salomé Samartino, cuenta que son dos los proyectos que demandan sus vecinos. Uno de ellos, ya una vieja petición, la construcción de una nave de servicios múltiples donde se puedan llevar a cabo un buen número de actividades. La segunda, con clara intención turística, el arreglo del camino que sube al Fito desde Caravia Alta. Proyectos, ambos, que aún habrá que esperar para saber si llegarán con el nuevo año.

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