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Una fábrica de robots en Coya

"Se trabajan la motricidad y la visión espacial", destacan los impulsores del taller tecnológico en la zona rural piloñesa

Una fábrica de robots en Coya

Vivir en una zona rural y tener acceso a los talleres más punteros en tecnología es compatible. Con esa filosofía trabajan los miembros de la asociación "Roblón", que ayer estrenaron en la localidad piloñesa de Coya un curso infantil de drones e iniciación a la robótica.

La iniciativa no pudo tener mejor acogida entre los menores y batió récord de participantes: hasta treinta inscritos repartidos en dos turnos se encargan durante las vacaciones navideñas de diseñar, construir y programar robots con poco más que piezas de lego, motores, sensores de luz y una pizca de imaginación. "Es una idea muy guay. Nos lo pasamos tan bien que el tiempo pasa volando", señalaba Manuel Alonso, con 6 años de edad uno de los asistentes más jóvenes.

En la misma línea se expresaron ayer las primas Lucía Arenas y Ángela Fuentes, de 13 y 9 años, respectivamente. Las dos consiguieron montar un robot espía que, gracias a sus sensores, alerta con un sonido, por ejemplo, si detecta intrusos en casa. "Al principio puede parecer complicado, pero cuando lo vas haciendo te das cuenta de que no es nada difícil y de que, si quieres, puedes conseguir lo que te propongan", aseguraron.

Otros niños, como Mario Llera, llagado desde Pola de Siero expresamente para la ocasión, se atrevieron a montar un satélite autodirigido, un ventilador y hasta un caracol conectado a una tablet que controlaba sus movimientos. "Es una pasada", confesaba.

La monitora del curso, Magdalena de Pazos, hizo hincapié en los beneficios que este tipo de iniciativas tiene para los menores. "Trabajan mucho con la motricidad al ir discriminando las piezas que les son útiles y las que no, y además entrenan la visión espacial", afirmó. "En el futuro les será muy útil porque tanto la programación como el montaje de piezas técnicas tienen demanda", explicó. Si todo va bien, hoy se atreverán con las famosas impresiones en 3D de brazos robóticos.

Vista la buena acogida de la iniciativa, la asociación "Roblón de Coya" no descarta repetirla dentro de un tiempo. "Se trata de ganar calidad de vida y de que los niños tengan las mismas oportunidades que si estuvieran en un medio urbano, donde tradicionalmente hay más servicios", indicaron miembros de la directiva, como Paula Sánchez.

El curso de robótica y drones no es la única actividad que el colectivo prepara para estas navidades: un mercado solidario y un taller de adornos para todas las edades completan la oferta.

En el centro social de Coya -ubicado en las antiguas escuelas- se puede acceder, además, durante todo el año, a talleres de geronto-gimnasia, pilates, yoga, costura, circo, inglés, baile y madera. Una oferta variada y con demanda, que ahora suma la última tecnología aplicada a la robótica y ensayada con creatividad e imaginación.

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