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"Nos ha cambiado la vida", celebran los vecinos del reformado bloque 9 de El Cobayu

"Antes, por la humedad, cuando helaba arrollaba el agua por las paredes", recuerdan en el edificio del barrio riosellano que ha renovado su fachada

Charo Alonso explica cómo los muebles no podían tocar el suelo para que no se mojaran. C. MURUZÁBAL

Agua corriendo por las paredes de la casa, muebles completamente estropeados por la humedad y pisos a 19 grados de temperatura. Así es como viven muchos vecinos del barrio riosellano de El Cobayu. Muchos, sí, pero no ya los dieciséis habitantes del bloque 9, quienes decidieron adherirse al plan de fachadas impulsado por el Ayuntamiento, que recientemente ha sido galardonado con el premio a la Innovación en el concurso "Plomadas de Plata" a las mejores fachadas que otorga la Confederación Asturiana de la Construcción.

Sin embargo, más allá de los premios, son las vivencias de los propios vecinos las que avalan los resultados de las obras. Y éstos confiesan que les han "cambiado la vida". Fueron unos valientes al ser los primeros en probar unos cambios de los que no terminaban de creerse los resultados. Pero han quedado muy satisfechos, como evidencian Consuelo Martino, Charo Alonso y Blanca Fernández. "Antes, por la humedad, cuando helaba, me arrollaba el agua por las paredes, me las dejaba negras", relata Alonso, quien cuenta que el problema era tal que su hijo y su nuera, que viven en otro bloque del barrio, "marcharon un mes y, cuando volvieron, el colchón que habían dejado pegado a la pared estaba pingando". Tal ha sido el cambio que han tenido en su vida que, de hecho, hay quien todavía no acaba de creérselo y no puede evitar temer que se trate de un sueño. "Sigo pasando la mano de vez en cuando por las mañanas por una pared por la que antes tenía agua todos los días", ríe Fernández.

Pero no solo ha mejorado su calidad de vida, sino que, además, lo notan también en el bolsillo. "Este año prendimos la calefacción más tarde y los pisos están a mejor temperatura que antes, así que ya lo estamos notando", cuenta Martino.

Estos vecinos no saben si han sido "valientes o inconscientes" al ser los primeros en adherirse al plan de fachadas, pues no podían saber cuáles iban a ser los resultados, a lo que hay que sumar el desembolso que debían hacer, de 1.860 euros por vivienda. Sin embargo, según cuentan, el espíritu pionero ha acompañado a los habitantes del bloque 9 a lo largo de los 50 años que tiene el barrio. "Siempre fuimos muy unidos para todo, fuimos los primeros en poner el ascensor hace diez años y en arreglar las escaleras, que estaban todavía como si fueran de obra; en lo que fuimos los segundos fue en arreglar el tejado", recuerda Alonso.

Ahora, con la legitimidad que les otorga la experiencia, no dudan en animar al resto de sus vecinos a sumarse a este plan de reformas y, con ello, a cambiar también su vida.

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