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Casarse en la Cueva de Piloña está de moda: se celebrarán al menos quince enlaces este año

La cifra prevista de bodas supone un incremento del 25 por ciento con respecto a 2018, cuando solamente se oficiaron doce ceremonias

Casarse en el santuario piloñés de La Cueva vuelve a estar de moda. O, al menos, eso se deduce del número de bodas previstas para 2019: hasta quince, lo que supone un incremento de enlaces del 25 por ciento con respecto al año que acaba de terminar, cuando sólo una docena de matrimonios se decidieron a dar el "sí, quiero" ante la Virgen, patrona de Piloña. La cifra, ofrecida por el párroco local Manuel García Velasco, podría aumentar notablemente en los próximos meses. No obstante, está lejos de los datos registrados en fechas como 2017, cuando hubo veintiún bodas, o 2016, cuando se oficiaron hasta veintinueve.

Entre quienes eligieron el santuario de la Cueva para casarsese encuentran, principalmente, vecinos de la zona que, por tradición, formalizan su relación en el mismo lugar en que lo hicieron sus progenitores. Si bien en 2018 la mayoría fueron de fuera.

A estas celebraciones se suman las de quienes quieren renovar sus votos en un paisaje privilegiado como es el santuario de la Cueva en vez de optar por la cercana iglesia parroquial de Infiesto, más sobria. La belleza y singularidad de la Cueva, recientemente restaurada después de que se desprendiese parte de su techo en el año 2010, es, precisamente, uno de los factores que atrae a muchos enamorados.

Antes de que el fatídico derrumbe obligara a cerrar el enclave piloñés al público durante casi una década, llegaban a celebrarse allí más de 50 bodas al año. El santuario retomó las celebraciones en 2009, gracias a las aportaciones de los feligreses. Ese año fueron 13 las bodas celebradas y hubo otras 10 en 2010. En el año 2011 llegaron a 12 los enlaces consumados, un número que casi se dobló en 2012, cuando se alcanzaron los 21 matrimonios. La cifra siguió creciendo hasta 29 parejas en 2013. Los vecinos apuntan a que volver a alcanzar estas cantidades se complica, principalmente por la falta de jóvenes y por el envejecimiento que sufre la población local.

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