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El hombre del tiempo no falla en Ribadesella

José Luis Martínez, de 83 años, sale todos los días a las 6 de la mañana a pasear y retratar la villa haga sol o llueva

Dos de las fotos sacadas ayer; arriba, el oleaje en la playa de Santa Marina; abajo, la sombra del fotógrafo sobre la arena. J. L. MARTÍNEZ PANDIELLO

En días de frío y lluvia como el de ayer, sin duda el mejor plan para muchos pasaría por quedarse en la cama, tomar un café caliente y ver el agua caer desde la ventana. Un plan apetecible para la mayoría, pero no para José Luis Martínez Pandiello, un riosellano que cada día, fiel a su cita con las desiertas calles de su villa, sale a las seis de la mañana de casa, cámara en mano, para captar los momentos que preceden al despertar de la mayoría de sus vecinos.

Así, este apasionado de la fotografía no pensaba dejar que un temporal le apartara de su rutina y ayer, armado con un paraguas como complemento añadido a su cámara, salió como cada mañana de su casa para reflejar el amanecer. "Normalmente hago unos 15 kilómetros, pero esta vez cuando estaba en la playa empezó a salir un viento fuerte y me tuve que marchar, porque con el paraguas y el viento no podía manejar bien la cámara", relata Martínez Pandiello, quien aun así regresó a casa con un buen puñado de imágenes.

Y es que, a sus 83 años, y después de nueve haciendo fotos, un temporal como el de ayer no le iba a parar, pues ya ha salido a hacer su ruta en circunstancias peores. Incluso, arriesgándose más de la cuenta, como él mismo admite. El día que más miedo pasó fue hace dos años, cuando se encontraba en uno de sus lugares favoritos para fotografiar, la playa de Santa Marina. "Estaba sacando fotos cuando de repente sentí un golpe en una pierna. Era una ola que me tumbó y me dio tres o cuatro vueltas", cuenta Martínez Pandiello. En aquella ocasión, este riosellano tuvo suerte, ya que consiguió ponerse de pie y anclarse a la arena. "Como me pude levantar, conseguí que a la vuelta la ola no me arrastrara hacia adentro. Eso sí, cuando llegué a casa me cayó una buena bronca", recuerda con el toque de humor que aporta el paso del tiempo a este tipo de episodios.

El riosellano encontró su pasión tarde, pero desde luego desde que la descubrió la ha desarrollado sin descanso. "Me encanta, además de que me sirve para caminar", cuenta. Una afición que le ha llevado a ver su nombre en varios programas de televisión, ya que es habitual que envíe sus instantáneas a todas las cadenas, donde desde luego hacen buen uso de ellas, mostrando así Ribadesella en todo el país. Además, en más de una ocasión ha mostrado su trabajo a través de exposiciones.

Eso sí, Martínez Pandiello destaca que no lo hace por dinero, ya que nunca ha sacado beneficio económico de sus fotografías, las cuales comparte cada día a través de sus redes sociales para el disfrute de sus vecinos y amigos. "Mucha gente me dice que cómo las comparto así sin más, pero lo hago para ayudar a gente, porque hay muchos riosellanos que no viven aquí y me dicen que les gusta ver la villa", cuenta Martínez Pandiello.

Así, este fotógrafo amateur riosellano no piensa poner una fecha de caducidad a su afición y promete seguir formando parte del paisaje de la madrugada de la capital riosellana tomando imágenes únicas para que sus vecinos y amigos puedan disfrutar de lo mismo que él ve desde la comodidad de sus casas.

Una labor que ningún temporal ha conseguido parar hasta ahora, por lo que el de ayer no iba a ser más. Ya venga sol, lluvia o nieve y frío, este vecino de Ribadesella piensa seguir preparándose cada mañana para salir cuando aún es de noche y dar su paseo contando el amanecer a través de sus imágenes a todos aquellos que quieran asomarse para contemplarlo en la pantalla de su ordenador.

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