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El alcalde llanisco pide estudios "concienzudos" sobre el impacto del arranque de ocle

El regidor achaca la bajada de precios del gelidium a la especulación de las empresas que compran las algas durante la campaña de extracción en mojado

El alcalde de Llanes, Enrique Riestra Rozas (VxLl), pide "estudios concienzudos sobre el arranque del ocle" para estudiar "las consecuencias" que esta actividad ha tenido sobre el sector de arribazón. Riestra hace estas declaraciones es un vídeo que ha colgado en una conocida red social. El regidor relaciona la bajada del precio de las algas en los últimos años con el arranque, actividad que se reanudó 2017, en medio de una gran polémica, tras treinta años prohibida.

El regidor asegura estar con las alrededor de noventa familias del municipio que tienen en esta actividad un importante sustento económico y deja entrever que "la nueva regulación" ha afectado al sector. "El Principado permitió el arranque. Creo que se debió haber modulado mucho mejor este asunto. Es una actividad tradicional muy importante para la gente que está en el sector y para su solvencia económica", subraya.

Riestra sostiene que pasar de los 2,5 euros el kilo que se llegaron a pagar por el ocle de arribazón en Llanes en el año 2017 a los "menos de sesenta céntimos" en que se vende en la actualidad supone una bajaba muy importante que afecta al sector de arribazón. "Esto genera un ahogamiento y es fruto de la especulación de las empresas que compran el ocle. Quien paga el pato son los más débiles, que en este caso es el sector de arribazón", sostiene. Reclama Riestra la unión del colectivo y luchar para mantener los campos de ocle del litoral llanisco (de los más importantes del mundo, según los expertos).

En la campaña de arranque de ocle reanudada en 2017 toman parte un total de ocho barcos. Tres de ellos tienen base en el puerto de Llanes, otros tres en Bustio y dos en Ribadesella. La Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales autorizó la extracción de algas de fondo del género gelidium (ocle) entre Cabomar, en Nueva (Llanes), y Tinamayor, en Bustio (Ribadedeva), en 2017 y 2018, cifrando un cupo anual de 1,3 millones de kilos en mojado de julio a septiembre. Colectivos ecologistas y vecinales mostraron su desacuerdo.

El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) llegó incluso a suspender cautelarmente la actividad tras un contencioso administrativo que interpuso en junio de 2017 la Asociación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL).

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