El ocle en estado de descomposición ya no será una excusa para justificar los malos olores que durante las últimas semanas traían a mal traer a empresarios y a vecinos de la zona del puente de Llanes. En la madrugada del domingo, de la zona entre el puente y la oficina de turismo se retiraron buena parte de las algas que se acumulaban en este lugar y que, junto a la falta de dragado, impedían salir con normalidad a la mar a las embarcaciones de recreo que amarran en los pantalanes ubicados en esta parte del puerto deportivo.
Entre 100 y 150 toneladas de ocle en mojado fue lo que se sacó con una pala con brazo articulado de unos veinte metros de longitud, traída desde Cangas de Onís y equipada con un aparato especial diseñado exclusivamente para sacar algas. Antonio Oves, empresario llanisco dedicado a la recogida y compra de ocle, fue el encargado de liderar las operaciones, que comenzaron pasadas las nueve y media de la noche y terminaron al filo de las cinco de la mañana.
Junto a Oves sacaron también a mano varias toneladas del denominado oro rojo las cuadrillas que desde el miércoles pasado comenzaron a trabajar en la zona. "Es un ocle de calidad", aseguró Oves. El movimiento que había en las inmediaciones del muelle y de la calle Marqués de Canillejas llamó la atención de varios viandantes, que se congregaron en el puente para seguir los trabajos.
A comienzos de enero los malos olores en esta parte de la villa por la putrefacción del ocle estancado generó un rosario de protestas por parte de hosteleros y empresarios con negocios en la zona, además de los vecinos. El Ayuntamiento pidió a Puertos que actuasen para sacar el ocle, negándose a ello este organismo argumentando que las algas no afectaban "a la operativa" del espacio portuario.
Con esta actuación se da prácticamente por concluida la temporada de recogida de ocle en el concejo de Llanes, donde los recolectores cuentan con noventa de las 120 licencias existentes para llegar a cabo esta actividad en Asturias. El oro rojo, que este año se ha sacado en mayor cantidad que la temporada anterior, se pagó a una media de 75 céntimos el kilo, lo que supone una bajada en relación al euro que se pagó en 2017 y a los 2,5 euros de 2016. Las importaciones de algas desde Marruecos a unos precios muy bajos son, a juicio de los recolectores de arribazón, la causa del descenso de precios, por encima si cabe de la práctica del arranque, reanudada en Llanes en 2017 tras treinta años prohibida.
