En una ceremonia sencilla y cargada de emotividad, el Archivo de Indianos de Colombres acogió ayer el acto institucional de homenaje póstumo al médico Manuel Peláez Cebrián (1918- 2008), originario de Llanes. Respaldado por el Consejero de Presidencia del gobierno del Principado, Guillermo Martínez; la directora general de Emigración y Cooperación al Desarrollo, Begoña Serrano, y la presidenta del Consejo de Comunidades Asturianas, Paz Fernández Felgueroso; entre otros, el hijo del homenajeado, Carlos Peláez Casabianca, vicerrector de la Universidad del Tepeyac, mostró su agradecimiento por el reconocimiento a su progenitor. El trabajo en favor de la beneficencia hispano-mexicana del doctor, su contribución al campo científico y su vinculación con Asturias a través, por ejemplo, de su labor como directivo del Centro Asturiano de México, fueron algunos de los méritos descritos.

De padre oriundo de la localidad llanisca de Vibañu, Manuel Peláez Cebrián se crió en Asturias cuando su familia regresó a casa hasta que la Guerra Civil les empujó a regresar de nuevo a México. Allí culminó sus estudios de medicina y comenzó una exitosa carrera profesional, en la especialidad de gastroenterología en el Hospital Español de México, y académica, como docente en congresos nacionales e internacionales.

"A la familia nos llena de satisfacción este homenaje. Estamos muy emocionados. Mi padre era un gran hombre y le recordamos con cariño. A través de sus ojos se podía ver Asturias. Nos hizo ver que la Virgen de Guadalupe y la Santina son lo mismo. Estamos muy contentos de estar en un sitio como el Archivo de Indianos, donde hay tanta historia que se resume en hombres como mi padre", dijo Carlos Peláez Casabianca.

Durante su discurso, el consejero de Presidencia habló del homenajeado como un "asturiano universal" y destacó la importancia de su trabajo en una entidad tan emblemática para la emigración como el Hospital Español, así como el esfuerzo que realizó durante toda su vida para mantener los vínculos entre Asturias y México y para preservar los principios fundacionales de la Sociedad de Beneficencia. "Estos motivos justifican este reconocimiento", subrayó.

Para Martínez, el papel del Centro Asturiano, el Hospital Español y personas como Peláez Cebrián a la hora de crear "redes colectivas" suponen una de las principales enseñanzas "que hemos aprendido de nuestra emigración".