El patronato de la Fundación Residencia Faustino Sobrino de Llanes decidió ayer con los dos votos de Foro, el del PP y el de la gerente del Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA), Graciela Blanco, no renovar el contrato del actual gerente, Daniel Marcilla, que expira a finales de mes. Solo el regidor llanisco, Enrique Riestra (VxLl), votó a favor de su continuidad. Los patronos reconocen "la brillante labor desempeñada por su parte para revertir la complicada situación en la que se encontraba la fundación a nivel financiero". El patronato buscará a partir de ahora "un nuevo perfil para afrontar los nuevos retos".

Marcilla protagonizó varias polémicas. La más sonada tuvo lugar en octubre de 2017, pocos meses después de su entrada, cuando acusó a la religiosa que hacía las veces de directora de permitir que se sirviese comida caducada a los ancianos, pidiendo su destitución. Eso provocó varias concentraciones en contra del gerente y a favor de la monja.

En otro orden de cosas se renovó por cuatro años el convenio con el ERA (Establecimientos Residenciales para Ancianos), por el cual 24 de las 80 plazas de la fundación llanisca serán concertadas.