Precios a la baja con una horquilla que osciló entre los 700 y los 1.500 euros, unas 1.500 vacas y unas ventas que rondaron el sesenta por ciento. Es el resultado de la tradicional feria de marzo de Corao, en Cangas de Onís, calificada de "regular" por el sector. En ella, los ganaderos volvieron a alzar la voz para denunciar la mala política llevada a cabo por el gobierno regional durante los últimos cuatro años. Piden el cambio de la ley de Caza antes de las elecciones con el objetivo de "dar un giro de ciento ochenta grados a la situación". Creen que la modificación de la normativa puede reducir sus problemas con el lobo y exigen que el PSOE apoye "sin demoras" su modificación en la Junta General "para no tirar la legislatura la pila del cuchu".

Laura García, hija del regidor de pastos de Cangas de Onís, Toño García, fue la encargada de leer el manifiesto ganadero ante la atenta mirada de la candidata del PP a la Junta General, Teresa Mallada; la diputada de Foro Carmen Fernández, y varios alcaldes y ediles de ambas formaciones y de IU.

Los ganaderos reclamaron "acciones de calado en favor del medio rural" entre las que están la reapertura del matadero de Margolles o la apertura de la carretera del Pontón a camiones para podar transitar por ella con piensos y animales. Censuraron también el olvido y desamparo que sufren en favor de, por ejemplo, el proyecto del área central de Asturias. "Solo movilizándonos podremos salir de la injusta discriminación que sufrimos", sostienen. Dejaron claro que rechazan el reglamento de daños que "nos quiere imponer la Consejería" y criticaron la "inacción de los sindicatos agrarios".

El cambio de la ley de Caza permitiría, según los ganaderos, dar un giro radical a los problemas con la fauna salvaje, estableciendo medidas para minimizar los daños causados por los ataques del lobo, pagar los gastos reales con baremos actualizados, los daños indirectos y el núcleo cesante.

Melchor González, funcionario jubilado y aficionado a la ganadería, departía durante la feria con el ganadero de Amieva Manuel Fernández. "Esto va a quedar para gente como yo que esté jubilada y tenga mucha afición, o para quien tenga ingresos por ejercer otras profesiones. Veo difícil que se pueda seguir viviendo de la ganadería a nivel profesional", señaló González. Éste recordaba que hace veinte años vendía terneros en este tipo de ferias por 100.000 de las antiguas pesetas. "En estos momentos se paga prácticamente lo mismo (600 euros), pero todos los impuestos han subido", dijo.