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Troch: "Pagar por reducir las ganaderías acabaría con los incendios forestales"

El joven holandés, que perdió parte de su jardín en Cangas de Onís, sostiene que "la gente quema porque tiene demasiados animales"

Incendio en el bosque de Cardes (Piloña) visto desde el barrio de Xudes, en Infiesto, el domingo. C. CORTE

El holandés Tim Troch, que desde hace siete años reside en Villa (Cangas de Onís), es uno de los vecinos afectados por los incendios que asolaron en los últimos días el oriente asturiano. Las llamas que prendieron el pasado domingo en un monte cercano llegaron a las puertas de su casa y chamuscaron parte del bosque con huerta y jardín en el que cultiva trescientas especies siguiendo los principios de la permacultura. Lejos de enfadarse por los daños sufridos, el holandés afirma que siente empatía con los posibles autores del fuego, que, a su juicio, muchas veces son ganaderos a los que les urge disponer de pastos con los que alimentar a su ganado. "La gente que quema es porque tiene demasiados animales para poder optar a subvenciones", reflexiona. "Si en vez de gastar milones de euros en perseguir a los pirómanos y movilizar a Bomberos, las autoridades invirtieran ese dinero en compensar por unos años a los ganaderos que se deshagan de parte de sus ejemplares, a la larga se acabaría con los incendios y les saldría más barato", considera.

Según Troch, si se frenaran los incendios, el bosque autóctono acabaría por autorregularse. "Primero nacerán bardos y maleza con pinchos, entre los cuales aparecerán avellanos, cerezos y castaños. La función de esa maleza será que los venados no estropeen los árboles jóvenes", explica. En una segunda fase, dos décadas más tarde, los árboles serían fuertes y empezarían a dar sombra y humedad, que harían desaparecer la maleza. Por último, las hojas caídas generarían una tierra fértil, que supondría, además, un depósito de carbono y una ayuda para frenar el cambio climático. "Debemos actuar sobre las causas de los incendios y no sobre sus consecuancias para evitar que vuelvan a repetirse cada vez con más frecuencia", dice.

Para el holandés, el futuro del campo asturiano pasa por un turismo sostenible. "Necesitamos hacer una transición ya; si no, nos estaremos cargando la naturaleza, que es, precisamente, el recurso más valioso con el que cuenta esta región", advierte. "Estos incendios dan mala imagen a los visitantes", añade. Como ejemplo, pone los ocho turistas que el pasado domingo se hospedaban en alojamientos rurales de la villa y optaron por abandonar el pueblo de madrugada. "Querían marchar y no podían porque el fuego llegaba a la carretera. ¿Quién va a querer venir a pasar unos días de vacaciones ahora, entre una nube de humo y cenizas?".

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